martes, 1 de julio de 2014

LA ESTRATEGIA DE TARZÁN


No soltar la antigua relación hasta no haber empezado una nueva. Es una versión aventajada y anticipada de «un clavo saca otro clavo»: no soltar una liana hasta tener la próxima bien agarrada. Reemplazar el clavo antes de que penetre en uno. Aquí no hay duelo: se salta de un vínculo a otro permanentemente para no venirse abajo. La estrategia de Tarzán es cruel: un día cualquiera, sin previo aviso ni anestesia, te das cuenta de que tu pareja tiene a otra persona y no hay tiempo para nada. Te llega el aviso de «defunción» y ni cenizas quedan. La sorpresa es mayúscula: «Todo ha ocurrido tan rápido... Nunca he tenido indicios de que lo nuestro funcionara mal, nunca me ha dicho nada...». Las preguntas son muchas y golpean: «¿Cuándo, dónde y cómo paso esto? ¿Por qué a mí?» Y no hay quien responda, pues tu ex anda ya lejos. Si el historial de la persona que amas te hace sospechar que utiliza esta estrategia, adelántate.

¿Cómo? ¡Suéltate tu primero y no te dejes utilizar!

Veamos una descripción más detallada. Un hombre-Tarzán de cuarenta años me comentaba: «Cuando estoy emparejado con una mujer, siempre estoy al acecho por si aparece una mejor. Y si esto ocurre, voy soltándome poco a poco de la primera y enganchándome a la segunda, hasta quitarme de encima a la anterior... Da resultado, nunca estoy solo». Le pregunté qué hacía exactamente para «soltarse» del vínculo anterior, y me dijo: «Me pongo insoportable, provoco peleas y discusiones, me vuelvo malhumorado... Trato de tener una excusa y entonces me voy». Desaparecía sin dejar rastros, lo que generaba un gran dolor y angustia en sus parejas. De víctima en víctima, como si fuera un «enamorador en serie», el hombre deambulaba haciendo daño sin el menor escrúpulo. Realmente no buscaba sacar un clavo con otro: él era el clavo.

Extracto del libro: 
Manual Para No Morir de Amor 
Walter Riso