jueves, 2 de octubre de 2014

UN CONTRATO SINGULAR


Señor morador: Le informo que el contrato de alquiler que firmamos hace billones de años está venciendo. Precisamos renovarlo, pero tenemos que revisar algunos puntos fundamentales: 

1. Usted necesita pagar la cuenta de energía. ¡Está muy alta! ¿Cómo gasta tanto? Además, antes yo le daba agua en abundancia, hoy no dispongo más que de una limitada y decreciente cantidad. Precisamos negociar su uso. 

2. ¿Por qué ahora algunos comen lo suficiente y otros están muriendo de hambre, si mis campos son tan grandes? ¡Si cuidara bien de la tierra, debería tener alimento para todos! Sobre todo, no desperdicie el alimento que otros moradores requieren para sobrevivir.

3. Usted cortó los árboles que dan sombra, aire y equilibrio. El sol está muy ardiente y el calor aumentó. ¡Usted debe replantar nuevamente los árboles que cortó! 

4. Todos los microorganismos, insectos, reptiles, mamíferos, peces, aves y plantas de mi casa deben ser cuidados y preservados. Busqué algunos animales, plantas y especies y no los encontré. Sé que cuando usted tomó mi casa ellos existían... Vi pocos peces, ballenas, pingüinos y delfines. ¿Ustedes los pescaron todos? ¿Dónde están? 

5. Necesitan verificar qué colores tan extraños hay en el cielo, ¡no veo el azul! Pero sí veo un color gris lleno de vapores nocivos y humo y cenizas de todo tipo. 

6. Hablando de basura ¡qué suciedad, ¿eh?! ¡Encontré objetos extraños por el camino que no soy capaz de degradar: icopor, neumáticos, plásticos, pilas, desechos radioactivos...! 

7. Mis polos helados cada vez están más pequeños y se están derritiendo en los mares. ¿Sabe usted qué pasó? 

Bueno, es hora de que conversemos. Necesito saber si usted todavía quiere vivir aquí. En caso afirmativo, ¿qué puede hacer para cumplir con el contrato? 

Me gustaría que estuviera siempre en mi casa, pero, al paso que vamos, tendrá que buscarse otra. ¿Usted cree que puede cambiar sus hábitos depredadores? Aguardo respuestas y acciones... 

Su casa: LA TIERRA

Extracto del libro:
La culpa es de la vaca 2a parte
Lopera y Bernal