viernes, 19 de diciembre de 2014

ODIARSE A SI MISMO


«En el corazón de cada joven existe un trono que le ha sido usurpado. Cuando se restituya ese trono, el joven estará curado». Hay que aprender sólo porque se quiere aprender, y para ello hay que respetar y salvaguardar la demanda innata de curiosidad del niño. De dentro es de donde viene la demanda. Al niño le gusta la enseñanza, lo que rechaza el niño es el método y la manipulación.

Al niño se le enseña desde pequeño a odiar su cuerpo. Se le hace avergonzar de ciertas partes de su cuerpo. Y es nuestra cultura quien lo hace.

En las tribus no hay problemas de violación ni de infidelidad, porque no existen traumas sexuales.

«Si no hubiera ley no habría pecado». La ley sólo sirve para las personas programadas, para las libres no. No se puede comenzar la vida con el auto-desprecio. Los niños van pasando de una experiencia a otra cuando se sacian de la anterior. Si tú detienes esa experiencia, se la cortas haciéndole creer que es algo malo. No sólo provocas un misterio y rompes una evolución natural, sino que habrás metido en él un miedo a algo que desconoce porque no existe una razón convincente para hacerlo. Si le dices que está «mal», lo habrás introducido en la ley expulsándolo del paraíso.

Si yo logro que te odies a ti mismo me será más fácil dominarte, domesticarte y eso es lo que hace nuestra mal llamada «educación». La sociedad te enseña a estar siempre insatisfecho para dominarte y controlarte.

Con ello, la sociedad se ha beneficiado, pero ha pagado un precio muy alto: la guerra. Nunca podrás amar a los demás si te detestas a ti mismo. El amor significa no hacer violencia y respetar la libertad. El amor es; yo estoy de tu lado, no estoy en contra de ti».

Los niños crecen con la sensación de que los padres están en contra. Si tú no haces violencia al niño, ellos tampoco tienen ganas de ser violentos con nadie.

Lo primero para cambiar al niño reprimido es destruirle la conciencia, la ley que le impusieron. La conciencia del «bien y del mal» es lo contrario de la concientización. La consciencia o concientización es la sensibilización, la sensibilidad que no necesita la conciencia. Si eres consciente estás despierto y sensible a todo.

Extracto del libro:
La Iluminación es la Espiritualidad
Anthony de Mello
Fotografía de internet