No hay ningún lugar a donde ir; simplemente tenemos que ver dónde estamos. Si percibes eso, de pronto reconoces que ya estas allí, en el lugar que tratabas de alcanzar:
Uno nace como debería, no hay que añadir ni mejorar nada. Y nada se puede mejorar. Todos los esfuerzos por mejorar crean más desorden y confusión, nada más. Cuanto más trates de mejorar, en más dificultades te encontraras, porque el mismo esfuerzo va contra tu realidad. Esta es como debería ser, no hay necesidad de mejorarla. Uno solo crece en conciencia, no existencialmente.
La situación es como si no te hubieras mirado en el bolsillo y te consideraras mendigo, sigues mendigando y en el bolsillo llevas un diamante valioso que puede proporcionarte suficientes tesoros para toda la vida. Pero un día metes la mano en el bolsillo y de pronto eres emperador. Nada ha cambiado existencialmente, la situación es la misma... el diamante estaba antes ahí, y está ahora. Lo único que ha cambiado es que has cobrado conciencia de que lo tenías.
De modo que todo crecimiento es crecimiento en conciencia, no en ser. El ser permanece exactamente como estaba. Buda o Cristo, tú o cualquiera, posee exactamente el mismo estado, el mismo espacio... Pero uno cobra conciencia y se convierte en un Buda, el otro permanece inconsciente y continúa mendigando y siendo un mendigo.
Extracto del libro:
DÍA A DÍA
Osho
Día 263
Osho
Día 263
Fotografía tomada de internet