lunes, 2 de febrero de 2015

LO QUE NACE DEBE MORIR


Interlocutor: ¿La consciencia que presencia es permanente o no?

Maharaj: No es permanente. El conocedor surge y se sumerge con lo conocido.

Eso en lo que tanto el conocedor como lo conocido surgen y se sumergen, es más allá del tiempo. Las palabras permanente o eterno no se aplican.

Int: En el sueño profundo no hay ni lo conocido, ni el conocedor. ¿Qué mantiene al cuerpo sensitivo y receptivo?

Mah: Ciertamente usted no puede decir que el conocedor estaba ausente. La experiencia de las cosas y de los pensamientos no estaba, eso es todo. Pero la ausencia de experiencia también es experiencia. Es como entrar en una habitación oscura y decir: «No veo nada». Un hombre ciego de nacimiento no sabe lo que significa la oscuridad. Similarmente, sólo el conocedor sabe que no sabe. El sueño profundo es meramente un lapso en la memoria. La vida continua.

Int: ¿Y qué es la muerte?

Mah: Es el cambio en el proceso de vida de un cuerpo particular. La integración acaba y comienza la desintegración.

Int: ¿Pero qué hay sobre el conocedor? ¿Con la desaparición del cuerpo, desaparece el conocedor?

Mah: Justamente como el conocedor del cuerpo aparece en el nacimiento, así desaparece en la muerte.

Int: ¿Y no queda nada?

Mah: Queda la vida. La consciencia necesita un vehículo y un instrumento para su manifestación. Cuando la vida produce otro cuerpo, otro conocedor viene al ser.

Int: ¿Hay un lazo causal entre los sucesivos conocedores del cuerpo o perceptores del cuerpo?

Mah: Sí, hay algo que puede ser llamado el cuerpo de la memoria, o cuerpo causal, un registro de todo lo que se pensó, se deseó y se hizo. Es como una nube de imágenes que se mantienen juntas.

Int: ¿Qué es esta sensación de una existencia separada?

Mah: Es un reflejo en un cuerpo separado de la única realidad. En este reflejo lo ilimitado y lo limitado están confundidos y se toman como si fueran lo mismo.

Deshacer esta confusión es el propósito del Yoga.

Int: ¿No deshace la muerte esta confusión?

Mah: En la muerte solo muere el cuerpo. La vida no muere, la consciencia no muere, la realidad no muere. Y la vida nunca está tan viva como después de la muerte.

Int: ¿Pero acaso renace uno?

Mah: Lo que nació debe morir. Solo lo innacido es sin muerte. Encuentre qué es lo que nunca duerme ni nunca se despierta, y cuyo pálido reflejo es nuestra sensación de «yo».

Int: ¿Cómo voy a llevar a cabo este encuentro?

Mah: ¿Cómo hace usted para encontrar algo? Mantiene sobre ello su mente y su corazón. Debe haber un interés y una recordación sostenidos. Recordar lo que necesita ser recordado es el secreto del éxito. Usted llega a ello por medio de la seriedad.

Int: ¿Quiere usted decir que sólo con querer encontrar es suficiente? Ciertamente, también se necesitan cualificaciones y oportunidades.

Mah: Ambas vendrán con la seriedad. Lo que es supremamente importante es estar libre de contradicciones: la meta y la vía no deben estar en niveles diferentes; la vida y la luz no deben pelearse; el comportamiento no debe traicionar a la creencia.

Llámelo honestidad, integridad, entereza; usted no debe retroceder, deshacer, desraizar, abandonar el terreno conquistado. La tenacidad de propósito y la honestidad en la búsqueda le llevarán a usted a su meta.

Int: ¡Tenacidad y honestidad son dones, ciertamente! Yo no tengo ni rastro de ellos.

Mah: Todo vendrá a medida que usted avance. Dé primero el primer paso. Todas las bendiciones vienen de dentro. Vuelva adentro. «Yo soy», usted lo sabe. Sea con ello todo el tiempo que pueda permitirse, hasta que revierta a ello espontáneamente.
No hay ninguna vía más simple ni más fácil.

Extracto del libro:
Yo Soy Eso
Sri Nisargadatta Maharaj
Fotografía de Internet