Cuatro maneras de idealizar al ser amado y distorsionar la realidad a favor del «amor»
4. PRETENDER SER AMIGO DE QUIEN TE HIERE
Aquí la estrategia es hacer borrón y cuenta nueva, para modificar el vínculo de tal manera que la idealización no se pierda. La clave es conferirle a la pareja el estatus de «amigo» para salvar su magnificencia: «No es un buen marido, pero es un excelente amigo» o «Como esposa es un desastre, pero como amiga es excepcional». Eliminar una idealización y conectarse a otra: cambiar de pedestal, sin afectar la condición del sujeto. La pareja que unos días antes podría haber sido considerada un espanto, ahora es evaluada positivamente. ¿Cómo se entiende esto? ¿Podemos saltar de ser casi enemigos a ser grandes amigos de la noche a la mañana? ¿Puede una persona que te ha amargado la vida durante años transformarse repentinamente y sin rencores en uno de tus mejores compañeros? A los amigos se les respeta y admira, se les quiere y se confía en ellos, y esto requiere una historia previa donde la proximidad va construyéndose en el día a día, alrededor de un número considerable de coincidencias y experiencias vitales. No podemos cambiar el estatus afectivo de una relación como por arte de magia e ignorar el pasado.
Perdonar no es padecer amnesia; es recordar sin dolor, y eso se logra con un trabajo interior serio y sostenido, y no por decreto.
Un paciente me decía: «Ya no somos pareja, pero hemos quedado como amigos...
Al menos mantengo un vínculo con ella y no la pierdo del todo...». ¿Y qué debía hacer el hombre con el amor y el deseo que sentía por ella y le supuraban por los cuatro costados? ¿Ocultarlos, sublimarlos en un nuevo suplicio al estar cerca de ella y no poder ni tocarla? Ser «amigo» de alguien que amas y no te ama es una gran «estupidez amorosa» que sin duda te hará daño. No sobrestimes tus fuerzas: el amor no correspondido duele y perfora la autoestima, no importa el rótulo que le pongas.
Extracto del libro:
Manual Para No Morir de Amor
Walter Riso
Fotografía de internet