No estoy a favor de la renuncia. Disfruta de todo lo que brinda la vida, pero permanece siempre libre. Si los tiempos cambian, si las cosas desaparecen, te da igual. Puedes vivir en un palacio o en una choza... puedes vivir feliz bajo el cielo.
Esta constante percepción de que uno no debería empezar a aferrarse a nada hace que la vida sea feliz. Uno disfruta tremendamente de todo lo que tiene a mano. Y siempre es más de lo que uno puede disfrutar, y siempre está disponible. Pero la mente se encuentra demasiado apegada a las cosas... y así perdemos de vista la celebración que siempre está disponible.
Está la historia de un monje zen que era un maestro, y una noche un ladrón entra en su choza, pero allí no encuentra nada para robar. El maestro se quedó muy preocupado por lo que pudiera pensar el ladrón. Se había alejado unos ocho kilómetros de la ciudad, y en una noche tan oscura...
Solo disponía de la manta que utilizaba... era su ropa, su cobertor, todo. Puso la manta en un rincón, pero el ladrón no podía ver en la oscuridad, de manera que tuvo que decirle que se la llevara, le suplicó que la aceptara como un regalo, que no debería regresar con las manos vacías. El ladrón quedó muy desconcertado; se sintió tan incómodo, que escapó con la manta.
El maestro escribió un poema diciendo que si hubiera estado al alcance de su mano, le habría dado la luna al ladrón. Sentado aquella noche bajo la luna, desnudo, disfrutó más que nunca de ella.
La vida siempre está disponible... más de lo que puedes disfrutar, y siempre tienes más a tu disposición de lo que puedes dar.
Extracto del libro:
DÍA A DÍA
Osho
Día 278
Osho
Día 278
Fotografía tomada de internet