La meditación no tiene nada que ver con el momento y el lugar. Tiene que ver contigo, con tu espacio interior. De modo que siempre que estés libre de la rutina diaria, relájate y permite que acontezca. Puede suceder en cualquier lugar, en cualquier momento, porque es no-temporal y no-espacial.
La meditación correcta no conoce limitación, y lentamente el flujo se torna más y más consciente. Entonces, cualquier cosa que estés haciendo permanece en la superficie; en lo más hondo el río sigue fluyendo. Incluso en el mercado, rodeados de todo tipo de agitación, estas en absoluto silencio. Hasta cuando alguien te insulta, te ofende o trata de provocarte, en lo más hondo reina la calma; algo permanece impasible. Aun cuando hay mil y una distracciones, en el centro nada se distrae. Pero esa meditación no la puede conseguir la mente; solo la puede permitir el corazón.
Este momento es meditación... ¡está ahí! No has hecho nada para que suceda; acontece por su propia cuenta. En este momento no hay tiempo. En este momento te ves transportado. En este momento puedes sentir esa calma, esa serenidad, esa trascendencia.
Extracto del libro:
DÍA A DÍA
Osho
Día 285
Osho
Día 285
Fotografía tomada de internet