viernes, 22 de mayo de 2015

EL JEFE


Carta 16

El jefe...

«Lo menos frecuente en este mundo es vivir. La mayoría de la gente existe, eso es todo.»
Oscar Wilde

Queridísimo amigo, queridísima amiga:

Ha llegado el momento de quitarse las máscaras, de abandonar armaduras, de mostrarme como soy. De dejar atrás autoengaños, presiones y depresiones.

Ha llegado la hora de reconocer que mi jefe, ese al que he dirigido mis cartas desde el principio, soy yo mismo. Es decir, que ambos somos la misma persona. Que desde el principio me he estado escribiendo a mí, buscando unas respuestas que estaban y están en mi interior.

Ha llegado la hora, en definitiva, de aceptar que el jefe de mi vida soy yo, que la dirección la marco yo.

Y, de la misma forma, que...

¡EL JEFE DE TU VIDA ERES TÚ!

Y que has iniciado un trayecto único y nuevo.

Porque tú ya lo has hecho.
¿El qué?, te preguntarás...
Pues ya has empezado a andar.
No sé si te habías dado cuenta o no ...
No sé si hace mucho o poco que estás andando.
Pero no hay duda de que estás en el camino.
En tu camino.
Incluso aunque no te lo parezca.
Lo estás.
¿Y sabes por qué?
Porque estás aquí, leyendo esto.
Porque este libro ha llegado a tus manos.
Y tú has ido leyendo hasta aquí.
Buscando respuestas.
Respuestas hacia una vida feliz.
Buscando la felicidad.
Buscando el éxito en tu vida.
Buscando darle una dirección y un sentido.
Buscándote a ti.

¡PORQUE LLEGAR A TI ES EL ORIGEN DE TODA FELICIDAD!

¡Bienvenido! ¡Bienvenida!
¡Es un auténtico placer conocerte!
¡Es maravilloso encontrarnos en esta página!
¡Quién nos iba a decir que nos encontraríamos aquí!
¡En un papel!
Te lo digo de corazón: ¡gracias por estar aquí!
Por acompañarme.
A mí, que también busco.
Y que, a base de buscar, he llegado hasta aquí, hasta la profunda necesidad de compartir el proceso de la búsqueda de mi dirección contigo, que aquí y ahora estás leyendo.

Tú, yo y muchos otros compartimos una búsqueda.
La búsqueda...
Te felicito. Has llegado más lejos que muchos que andan perdidos... y ni tan sólo saben que lo están.
¡Enhorabuena!
Esto es realmente jugar a vivir la vida como una aventura.
La aventura de la búsqueda...
En los tiempos que corren es casi una hazaña tener la voluntad de encontrarte y apostar tiempo, corazón y neuronas por una vida inteligentemente feliz.

Hay muchos que todavía no se lo plantean o simplemente están resignados. Porque creen que no pueden hacer nada. Porque le han dado el poder de su vida a otros. O, simplemente, porque les va bien así...

Escucha bien: no hay ningún jefe. Sólo tú puedes ser tu jefe, de lo contrario no crecerías.

EL JEFE DE TU VIDA, EL VERDADERO Y ÚNICO RESPONSABLE DE TU VIDA... ERES TÚ.

Ni lo dudes.
Puedes aceptarlo o rechazarlo.
Puede gustarte o no.
Pero es así.
Es un principio universal.
Es una ley exacta.
Una ley esencial.
Una ley que recibe el nombre de Ley de la Responsabilidad.
Y puedes ignorarlo, aceptarlo o rechazarlo...
Pero si lo ignoras o lo rechazas, si rechazas la responsabilidad de tu vida y la pones en manos de otros, quedará como una asignatura pendiente que volverá y volverá pidiendo su aprobación, como un examen que se debe resolver para pasar a cursos más avanzados.

La asignatura de la responsabilidad llegará continuamente a ti llevada por el impulso de la vida hacia sí misma, llegará para plantearte la cuestión de ¿quién dirige tu vida?, o más ampliamente, ¿dónde está tu dirección?

Y esta pregunta no llega con palabras, llega con sentimientos y sensaciones... desagradables, dolorosos, confusos... Tu cuerpo te informa de que no sigues el rumbo adecuado porque dejas de ser feliz: estrés, enfermedad, angustia...
Porque cuando la vida que vives no es coherente con tus deseos más profundos, recibes mensajes que te dicen que alguna cosa no va bien. Y enfermas, física y/o anímicamente.

Hasta que decides «volver a casa», volver a tu verdadera dirección para escucharte y salir en busca de ti mismo, definiendo la que será tu dirección en el futuro.

Y con el tiempo, en un despertar progresivo, descubres un día el inmenso placer de encontrarte y de empezar a andar por tu camino, rumbo hacia tu dirección, dirigiendo tú cada paso que das. Tú, y no otro u otros.

Y ese día te dices, serena y felizmente:

YO DIRIJO MI VIDA.
Y DEFINO MI DIRECCIÓN.
PARTIENDO DE MI DIRECCIÓN ACTUAL,
DECIDO SER MI DIRECTOR,
DECIDO SER MI GUIONISTA.
A MI MEDIDA.
A MI MANERA.
DEFINIENDO MI FELICIDAD.
DEFINIENDO MI ÉXITO.

Y respetando cómo los demás deciden vivir su vida.
Así que sigamos buscando, sigamos avanzando, ya que desde este punto hay aún mucho camino por andar.

Tuyo,
Álex

P. D. A partir de ahora, mis cartas irán dirigidas a ti. De hecho, desde el principio han ido dirigidas a ti. O, mejor, al jefe que hay en ti. A esa capacidad de reconocer tu dirección actual y tu brújula interior.

Decía Marcel Proust: «La sabiduría no nos es dada y debemos descubrirla por nosotros mismos tras un viaje que nadie puede evitarnos recorrer».

Te invito a seguir leyendo.

Porque todavía deseo compartir mis pensamientos contigo... compartir, que es partir contigo.

Extracto del libro: 
La brújula interior
Conocimiento y éxito duradero 
Álex Rovira Celma