sábado, 6 de junio de 2015

EJERCICIO SOBRE EL SUFRIMIENTO


EJERCICIO

¿Has experimentado alguna vez un sufrimiento grande?. Recuerda la situación y trata de comprender que si hubieras usado tu comprensión no habría surgido el sufrimiento.

El sufrimiento, ¿Qué es?. Es un deseo contrariado. Es un desear que las cosas ocurran como tú quieres que ocurran, o que las personas se comporten como tú quisieras y, al no ser así, el deseo choca con la realidad, y de esta fricción surge el sufrimiento.

El problema está en mi insistencia de que ocurra algo distinto a la realidad. Es la pretensión de distorsionar la realidad para conformarla a mi apego. Cuando yo deseo retener a un amigo, y ese amigo me abandona en la realidad, mi sufrimiento será el creer que, porque él se va, yo soy despreciado.

Mi deseo de ser querido y mi apego por determinada persona hacen que cifre mi felicidad en retenerlo. Y si no lo consigo, mi creencia y mi apego se estrellan contra la realidad. Y esto es el origen del sufrimiento.

Lo cierto es que todo es un engaño de la mente. ¡Tú no eres mi felicidad!. Es mi ilusión la que me hace creer que, si te tuviera a mis pies, yo sería feliz. Lo cierto es que no necesitas de nadie para ser feliz, y que el amor no es eso. El amor diría: Deseo disfrutar libremente de ti sin miedo a perderte.

Sé que puedo gozar de tu amistad si la tomo tal cual es. El amor se produce en mí y en ti de una forma distinta, y yo no puedo exigir que sientas lo mismo que yo siento.

Tú no puedes exigir a nadie que te quiera, pero en cuanto no seas exigente y sueltes los apegos, podrás reconocer cuantas personas te quieren así como eres, sin exigirte nada, y comenzarás a saber lo que es amor.

La realidad es aquella que traspasa todo concepto. Observar cuándo sufrimos y ver todo lo que se presenta en la pantalla de nuestra conciencia para reconocer lo que la realidad te dice, fuera de todo concepto, y separado de tu sufrimiento. Poco a poco, abrir nuestra conciencia a las cosas que hasta ahora vivías como hábitos y, por ello, te pasaban desapercibidas. Saber lo que hay detrás de todo concepto y de todo sufrimiento. Esta es la liberación de la mística.

No renuncies a nada, pero no te apegues a nada. Disfruta de todo lo que te depare la vida y las personas, pero no retengas nada. Dejar que pasen es disfrutar de todas y renovar a cada instante la felicidad.

«Dios no muere el día que dejemos de creer en una deidad personal, pero nosotros morirnos el día que nuestras vidas no estén iluminadas por una actitud de admiración de la realidad más allá de la razón con un resplandor constante, renovado cada día». Si no tenemos esto moriremos.

¿Qué decir del concepto «Dios»?. Los cristianos hemos de apearnos de los conceptos de Dios, como los ateos que, en eso, nos llevan ventaja.

Conceptos todos podemos tenerlos, con tal de que no los confundamos con la realidad. El concepto de Dios no deja de ser un concepto de una realidad inefable, y, si tienes ese concepto, por lo menos, que sea un concepto de un Dios bueno, generoso, magnánimo y lleno del verdadero amor. Pero, por favor, que no sea un concepto tan raquítico que lo convierta en un Dios justiciero, poderoso y vengador. Hagamos por lo menos un Dios más grande y generoso que nosotros.

El pintor Peruchini se estaba muriendo y dijo a la mujer: «Déjame en paz, mujer, que quiero saber — tengo la curiosidad de saber — qué ocurre si me muero sin confesar... Yo he sido de profesión pintor, y Dios tiene como profesión perdonar, y espero que El sea tan bueno en su profesión como he sido yo en la mía».

Ha habido en Oriente muchas personas que han sido iluminadas sin necesidad de tener un concepto de Dios, ni siquiera hablar de El. El Reino de Dios está dentro de ti, no lo busques ni le pongas etiquetas fuera de ti porque harás un ídolo. El padre Rhaner, al hablar de los sacramentos, dice: «No es la invasión de una fuerza divina exterior a ti, más bien es la acción por medio de la cual el cristiano da más fuerza a lo que ya existía allí». El mundo es el cuerpo de Cristo. El sacramento es una fuerza que da más eficacia a lo que ya existía, a lo que ya tenía. Esta es la forma que lo expresa Rhaner. Rhaner es tan radical como lo es Hans Kung, y sería también condenado si fuese tan fácil entenderlo como lo es Hans Kung.

Como ejemplo de lo dicho antes, pensemos en el beso. El beso se considera como el sacramento del amor, pero no crea el amor. Se puede dar el amor sin beso, pero el beso sin amor no es nada. Pero el beso puede dar más significado a un amor que ya tenías. Cuidado, pues, con el concepto que tenéis de Dios, no os quedéis en el concepto, ir más allá, a la esencia. 

«Cuando el padre ayuda a su hijo pequeño todo el mundo sonríe. Cuando un padre ayuda a su hijo mayor, todo el mundo llora». No se puede crear una dependencia, ni aun de Dios. Dios quiere que nos liberemos de esos conceptos para ayudarte a confiar en ti mismo, para liberarte.

Recuerda aquello de «vete a atar tu camello, idiota». Has olvidado encontrar quién eres tú, y en vez de buscar los obstáculos que te lo impiden, clamas a Dios para que te solucione la papeleta. Buscas la felicidad sin darte cuenta que es una cosa que ya tienes, y no reparas más que en los obstáculos, sin molestarte en descubrir lo que hay detrás.

Toda la creación es Cuerpo de Cristo, y tú crees que sólo está en la Eucaristía. La Eucaristía señala esa creación. El Cuerpo de Cristo está por todas partes, y tú sólo reparas en su símbolo que te está apuntando lo esencial que es la vida. La vida que en la Eucaristía se está anunciando.
Sabes que el amor incondicional es el que te ama así como eres, hagas o que hagas; pues así es como Dios nos ama, y ese es el sacramento de la penitencia, que celebra ese amor incondicional.
El Bautismo es celebrar que el niño viene a Dios, es de Dios, y vamos a celebrar esto con el agua bautismal.

Extracto del libro:
La Iluminación es la Espiritualidad
Anthony de Mello
Fotografía de internet