miércoles, 25 de noviembre de 2015

LA MONTAÑA INTERIOR


Cuando se esta en absoluto silencio, no hay movimiento en la mente, uno se empieza a sentir como la gran cima de la montaña... nevada.

La montaña siempre ha atraído a los meditadores. Hay algo en las montañas: el silencio, la quietud, la absoluta inmovilidad... casi atemporalidad. La montaña se mantiene casi siempre permanente, y el modo en que se yergue representa una forma de centrarse. Como si la montaña se hallara en una profunda situación de centrarse, todo se centra hacia dentro. Buda sentado bajo un árbol parece una montaña. Y no es fortuito que las primeras estatuas que se realizaron en el mundo fueran de Buda y estuvieran hechas en piedra piedra: una roca, inmóvil, atemporal, inmortal, centrada en sí misma.

El movimiento de la mente crea desdicha. El movimiento de la mente es pensamiento, deseo, imaginación, memoria, y todas estas cosas crean desdicha. Cuando no hay movimiento del pensamiento y del deseo, la mente ha desaparecido. Tú eres, pero no hay mente en ello. Ese estado de no-mente te brindará la percepción de la montaña interior.

Extracto del libro:
DÍA A DÍA
Osho
Día 311
Fotografía tomada de internet