Una ruptura afectiva, puedes sacar provecho psicológico de ella. La siguiente guía de seis pasos, te ayudará a pensar ordenadamente la cuestión.
3. ¿QUÉ TE IMPIDIÓ PONER LÍMITES?
En este punto debes tratar de determinar por qué negociaste lo que no era negociable y aguantaste lo inaguantable. Porque dejaste de ser tú. ¿Qué te lo impidió?
¿La culpa, la presión social, el miedo a la soledad, la dependencia, la sumisión, la falta de asertividad, la esperanza? En las relaciones sanas, se marcan límites constantemente (es normal hacerlo) y cuando uno se pasa de la raya, el otro le hace caer en la cuenta de que se ha extralimitado. Pero «quien calla otorga», así que cada vez que accedías abnegadamente a hacer lo que no deseabas, te convertías en cómplice de tu propio malestar. No estoy avalando una actitud incomprensiva y egocéntrica respecto a lo que piensa y siente la pareja, sino defendiendo un estilo de vida donde la infelicidad no sea la norma. ¿Hablaste cuando tenías que hablar? ¿Dejaste sentada tu protesta o tu inconformismo? Y éste es un segundo aprendizaje importante: ser asertivo o asertiva, comunicarse y decir lo que nos molesta ayuda a que el amor fluya más fácilmente y no se generen resentimientos.
Extracto del libro:
Manual Para No Morir de Amor
Walter Riso
Fotografía de internet