Bodhidharma, nacido en Sri Lanka 500 años después de Jesucristo, era el tercer hijo del rey de esta región hindú. A la edad de ocho años, se podía afirmar que ya tenía el satori. He aquí porqué:
Un día, su maestro, un gran monje llamado Hanny Tara, recibió del rey una piedra de un valor inestimable. El maestro preguntó a los tres príncipes: ¿Conocéis algo en este mundo que tenga un valor más grande que esta piedra?
El príncipe primogénito respondió: —Solamente usted, Maestro, ha recibido este regalo, usted está en posesión del tesoro más bello de la tierra.
El segundo príncipe respondió igualmente: —Aunque buscáramos toda nuestra vida, no podríamos encontrar en nuestro mundo una piedra comparable.
Bodhidharma, que tenía entonces ocho años, dijo a su vez —Es un verdadero tesoro, un tesoro inestimable, pero es un tesoro de este mundo, un tesoro vulgar.
También pienso que vuestra sabiduría es de un gran valor. Comprender el valor de este tesoro es igualmente una forma de sabiduría; no obstante, esta sabiduría no tiene profundidad; comprender que el diamante es una piedra preciosa, de más valor que un trozo de vidrio es sabiduría social.
Y Bodhidharma añadió. —La verdadera sabiduría es comprendernos a nosotros mismos.
Tomado del libro:
El Cuenco y el Bastón
(120 cuentos Zen)
Taisen Deshimar