miércoles, 20 de abril de 2016

LOS NUDOS DE LA IRA


Abrazar la ira siendo consciente de ella
Los nudos de la ira

En nuestra conciencia hay bloques de dolor, ira y frustración llamados formaciones interiores. También se denominan nudos, porque nos anudan y nos impiden ser libres.

Cuando alguien nos insulta o nos hace algo cruel, en nuestra conciencia se crea una formación interior. Si no sabes cómo deshacer ese nudo interior y transformarlo, seguirá ahí durante mucho tiempo. Y la próxima vez que alguien te diga o haga algo de la misma naturaleza, las formaciones interiores se reforzarán. Nuestras formaciones interiores, que son una especie de nudos o bloques de dolor, tienen el poder de empujarnos a actuar, de dictar nuestra conducta.

Al cabo de un tiempo, nos resultará difícil transformar y deshacer los nudos, y no podremos librarnos de la opresión de esta formación cristalizada. En sánscrito esta formación interna se llama samyojana, y significa «cristalizar». Cada uno de nosotros tiene formaciones interiores de las que ocuparse. Con la práctica de la meditación podemos deshacer estos nudos y experimentar la transformación y la curación.

No todas las formaciones interiores son desagradables; también las hay agradables, pero pueden hacernos sufrir igualmente. Cuando saboreas, oyes o ves algo agradable, el placer que te produce puede convertirse en un fuerte nudo interior. Y cuando el objeto de tu placer desaparece, lo echas de menos y empiezas a buscarlo. Dedicas mucho tiempo y energía a intentar experimentarlo de nuevo. Si fumas marihuana o bebes alcohol y esta experiencia te gusta, se acabará convirtiendo en una formación interior en tu cuerpo y en tu mente, y no podrás dejar de pensar en ella, siempre estarás deseando experimentarla de nuevo. La fuerza del nudo interior te empuja y controla. De modo que las formaciones interiores nos privan de nuestra libertad.

Enamorarse es una de las mayores formaciones interiores. Una vez te has enamorado, no piensas más que en la otra persona. Ya no eres libre. No puedes hacer nada; no puedes estudiar, trabajar, ni gozar del sol o de la belleza de la naturaleza que te rodea. Sólo piensas en el objeto de tu amor. De ahí que en inglés la palabra «enamorarse» se designe como una especie de accidente, «falling in love». Te caes, pierdes la estabilidad porque has sufrido un accidente. Enamorarse puede ser también un nudo interior.

Tanto los nudos agradables como los desagradables nos roban nuestra libertad, por eso debemos proteger nuestro cuerpo y nuestra mente con tanto cuidado, para evitar que estos nudos se arraiguen en nosotros. Las drogas, el alcohol y el tabaco crean formaciones interiores en nuestro cuerpo. Y la ira, los vehementes deseos, la envidia y la desesperanza crean formaciones interiores en nuestra mente.

Extracto del libro:
LA IRA (El dominio del fuego interior)
Thich Nhat Hanh
Fotografía de Internet