En esencia, el amor es humildad... no existe otra clase de humildad. Si esta se cultiva sin amor, no es más que una cara para el ego, otro engaño del ego.
Cuando la humildad surge del amor de forma natural, es tremendamente hermosa. Así que enamorate de la existencia... y el comienzo es enamorarse de uno mismo.
En cuanto te enamoras de ti mismo, empiezas a enamorarte de muchas personas, y poco a poco ese espacio crece y crece. De pronto un día descubres que en él está incluida toda la existencia, que el amor ya no va dirigido a nadie en particular, que simplemente está ahí para que cualquiera lo tome... fluye. Aunque no haya nadie para tomarlo, fluye... Entonces el amor no es una relación, es un estado de ser. Y en ese estado de ser hay humildad, verdadera humildad. Jesucristo es humilde en ese sentido; el Papa no es humilde. Alguien puede cultivar la pobreza y volverse muy egoísta al respecto, alguien puede cultivar la humildad y volverse muy egoísta al respecto. Para mí, la verdadera humildad surge como una fragancia del amor. No se puede cultivar, no puedes practicarla, no hay manera de aprenderla. Tienes que entrar en el amor, y un día, de pronto, descubres que este ha florecido... ha llegado la primavera y el amor ha florecido y flota una fragancia que nunca antes había estado presente: sois humildes.
Extracto del libro:
DÍA A DÍA
Osho
Día 346
Osho
Día 346
Fotografía tomada de internet