domingo, 24 de julio de 2016

EL VIAJE HACIA LA CIMA INVERTIDA


Accedemos a bodhichitta (corazón noble o despierto) en esos momentos en que cuidamos de las cosas, cuando limpiamos los cristales de nuestra gafas o cepillamos nuestro pelo. Está disponible en los momentos en que apreciamos las cosas, cuando percibimos el cielo azul o nos detenemos a escuchar la lluvia. Está disponible en momentos de gratitud, cuando recordamos un acto de bondad o reconocemos el coraje de otra persona. Está disponible en la música y en la danza, en el arte y en la poesía. Cuando dejamos de apegarnos a nosotros mismos y miramos al mundo que nos rodea, cuando conectamos con el dolor o con la alegría, cuando abandonamos el resentimiento y la queja, en esos momentos está presente la bodhichitta.

El despertar espiritual suele ser descrito como una viaje a la cima de una montaña: dejamos atrás nuestros apegos y nuestra mundaneidad y poco a poco vamos haciendo el camino hacia la cima, y al llegar a ella hemos trascendido todo dolor. El único problema de esta metáfora es que dejamos atrás a todos los demás: a nuestro hermano el borracho, a nuestra hermana esquizofrénica, a nuestros animales atormentados y a nuestros amigos. El sufrimiento continúa igual, nuestra huida personal no lo ha aliviado en nada.

En el proceso de descubrir la bodhichitta, el viaje se dirige hacia abajo en lugar de hacia arriba. Es como si la montaña apuntara hacia el centro de la tierra en lugar de elevarse al cielo. En vez de transcender el sufrimiento de todas las criaturas, nos dirigimos hacia la turbulencia y la duda. Saltamos dentro de ellas, nos deslizamos en ellas, entramos en ellas de puntillas, vamos hacia ellas como podemos. Exploramos la realidad, lo impredecible de la inseguridad y el dolor, y tratamos de no quitárnoslos de encima. Aunque nos lleve años, aunque nos lleve vidas enteras, dejamos las cosas ser lo que son. Vamos bajando cada vez más, a nuestro propio paso, sin apresurarnos ni ser agresivos.

Millones de personas avanzan con nosotros, son nuestros compañeros en el despertar que deja atrás el miedo. En el fondo mismo descubrimos agua, el agua curativa de bodhichitta. Allí abajo, en lo más denso de las cosas, descubrimos el amor que nunca muere.

Extracto del libro:
Cuando Todo Se Derrumba
Pema Chödron
Fotografía de Internet