Esta existencia es una orquesta y debemos estar sintonizados con ella. Por eso es por lo que la música ejerce tanta atracción sobre la mente humana, sobre el corazón humano... porque a veces al escuchar música hermosa comienzas a entrar en esa armonía universal.
En particular con la música clásica, oriental u occidental. Al escuchar a Beethoven o a Mozart uno empieza a entrar en un mundo diferente; surge una gestalt totalmente distinta. Ya no estas en tu pensamiento... tu frecuencia de onda cambia. Esa gran música empieza a rodearte, empieza a tocar tu corazón, a crear un ritmo que has perdido.
Esa es la definición de música grande, que es capaz de aportarte una percepción de cómo puedes existir, totalmente, con el todo... incluso durante unos pocos momentos. Y desciende una gran paz y en el corazón anida un gran gozo.
Quizá no entiendas qué ha sucedido, pero el gran maestro, el gran músico, sencillamente toca sobre una base muy, fundamental. Y esta es que la existencia posee un determinado ritmo. Si puedes crear música de acuerdo con ese ritmo, aquellos que participan en la escucha de esa música también empezarán a sintonizar con ese ritmo.
Y puedes hacerlo de muchas maneras. Por ejemplo, si estas sentado junto a una cascada, escucha el sonido del agua y se uno con ella. Cierra los ojos y siente que te has convertido en uno con la cascada... en lo más hondo de ti empieza a caer con el agua. Y habrá momentos, unos pocos momentos, en que de pronto descubrirás que ha habido una participación, que pudiste conseguir el canto de la cascada y sintonizar con ella. En esos momentos surgirá un gran éxtasis. A veces escuchando a los pájaros, haz lo mismo.
Extracto del libro:
DÍA A DÍA
Osho
Día 357
Osho
Día 357
Fotografía tomada de internet