Cuando hagas tonglen en el lugar mismo, simplemente inspira y espira, tomando el dolor y enviando alivio y amplitud. 
Cuando se practica tonglen como práctica meditativa formal, tiene cuatro etapas: 
1. En primer lugar, descansa la mente brevemente, durante un segundo o dos, en un estado de apertura o quietud. A este estadio se le llama tradicionalmente vislumbrar la bodhichitta absoluta o abrirse repentinamente a la amplitud y claridad básicas. 
2.   Segundo,   trabaja   con   la   textura.   Inspira   una sensación caliente, oscura y pesada —una sensación claustrofóbica— y espira una sensación fresca, brillante y ligera, una sensación de frescura. Inspira completamente, a  través  de  todos  los  poros  de  tu  cuerpo,  y  al  espirar irradia completamente, a través de todos los poros de tu cuerpo. Repítelo hasta que sientas el movimiento sincronizado con tu inspiración y espiración. 
3.   Tercero,   trabaja   con   una   situación   personal, cualquier situación dolorosa que sea real para ti. Tradicionalmente   se   empieza   haciendo   tonglen   por alguien que nos importa y a quien queremos ayudar. Pero si te sientes atascado como he descrito antes, puedes hacer la práctica por el propio dolor que estás sintiendo y simultáneamente por todos los que sienten algún tipo de sufrimiento  parecido.  Por  ejemplo,  si  te  sientes inadecuado, inspira esa sensación por ti mismo y por los demás que están en el mismo barco, y envía una sensación de confianza y adecuación, o el tipo de alivio que desees. 
4. Finalmente, amplía el tomar y el enviar. Si estás haciendo tonglen por alguien a quien quieres, extiéndelo a todos los que están en la misma situación que tu amigo. Si practicas tonglen por alguien que ves en televisión o por la calle, hazlo por todos los demás que comparten el mismo barco. Hazlo por más de una persona. Si lo estás haciendo por los que sienten el mismo miedo, enfado o cualquier emoción que te tenga atrapado, quizá eso sea suficiente. Pero siempre puedes ir más lejos, puedes hacer tonglen por personas a las que consideras tus enemigos, por  los  que  te  hacen  daño  o  dañan  a  los  demás.  Haz tonglen por ellos, pensando que sienten el mismo atasco y confusión que tus amigos y que tú mismo. Inspira su dolor y envíales alivio. 
El   tonglen   puede   extenderse   indefinidamente.   A medida  que  realizas  la  práctica,  tu  compasión  se  va expandiendo  de  manera  natural  y  también  lo  hace  tu comprensión de que las cosas no son tan sólidas como pensabas. Según vayas practicando, gradualmente y a tu propio paso, te sorprenderá comprobar que eres más capaz de  estar ahí  por los  demás,  incluso  en  situaciones  que antes te parecían imposibles.
Extracto del libro:
Cuando Todo Se Derrumba
Pema Chödron
Fotografía de Internet

