sábado, 26 de noviembre de 2016

EL ÚLTIMO LUJO


Religión
Búsqueda
Desconocido
Misterio

En ningún otro lugar del mundo hay aho­ra un interés tan profundo en la religión como en América. Así tiene que ser. Si les pre­guntas a los pobres hindúes por qué vinieron a la India tantos occidentales, simplemente pien­san que están locos; nada más.

Estoy aquí, en Poona. ¿Cuánta gente ves aquí de Poona? Ni siquiera una persona que puedas reconocer. Simplemente, se preguntan por qué estos locos vinieron de Occidente para escu­charme. Deben haberse vuelto locos; o tal vez yo los haya hipnotizado, pero algo debe andar mal. Ni siquiera necesitan molestarse en venir y escuchar, para ver si algo anda mal o no. Ya es­tán convencidos de ello. ¿Por qué? No son ricos ni exitosos, no están establecidos. Cuando fraca­sas en este mundo... Primero, luchas por triun­far en este mundo materialista; cuando lo logras, esperas triunfar también en el otro mundo.

Entonces, éste es mi punto de vista: que só­lo un país rico puede ser religioso. A veces, las personas pobres pueden ser religiosas, porque los individuos pueden ser excepciones; pero las masas, nunca. A veces sucede que una persona pobre se vuelve religiosa y logra acceder a lo esencial (Nank, Kabir, Jesús), pero por lo gene­ral las masas no pueden ser religiosas, salvo que estén establecidas.

La religión es el último lujo. Y no lo digo en tono de con­dena. Es así: hay que poder afrontarla. Y, cuando lo tienes todo y sientes que no tienes nada, surge por primera vez un profundo interés por buscar lo desconocido.

La religión torna la vida como un misterio. ¿Qué puedes hacer con un misterio? No puedes hacer nada por el misterio, pero puedes hacer algo por ti. Puedes tornarte más misterioso, y entonces lo se­mejante puede unirse a lo semejante, lo equivalen­te puede unirse a lo equivalente.



Referencia:
El dios de todos (Osho)
Un camino espiritual para descubrir a Dios
Fotografía tomada de internet