Y ellas, ¿nos espían? Esos fulgores de la noche, ¿son ojos que noche a noche nos miran?
¿O son bocas? ¿Bocas abiertas por el asombro, que tiemblan de miedo? Los astrónomos no se atreven a decirlo, pero las más recientes investigaciones han probado que las estrellas están cada vez más atónitas y tembleques. Van del estupor al pánico: ellas no consiguen entender cómo sigue dando vueltas, todavía vivo, este mundo nuestro, tan fervorosamente dedicado a su propia aniquilación, donde no hay nada más rentable que el crimen ni nada más exitoso que la estupidez, y se estremecen de susto, porque han visto que ya andamos invadiendo otros astros del cielo.
Tomado de:
Cuentos de Galeano en la Jornada
Eduardo Galeano
Fotografía de internet
Cuentos de Galeano en la Jornada
Eduardo Galeano
Fotografía de internet