jueves, 26 de enero de 2017

NO TODAS LAS NORMAS SON ACEPTABLES


Para ser flexible

• El coste del pensamiento inconformista es que las mentes rígidas te señalen y te sancionen por no acatar todas las reglas al pie de la letra. En la vida te enfrentas a dos resistencias: la resistencia a la influencia social (no seguir la corriente) y la resistencia al cambio (quedar apegado a lo viejo). Ésa es la tensión natural del que quiere transformarse. 

• El pensamiento flexible lo resuelve a favor de un cambio inteligente y sopesado: «No todas las normas son aceptables». Por lo tanto, el cambio es una necesidad vital sin la cual entraremos inexorablemente en el museo de los prescindibles.

¿Qué necesitas?: Claridad conceptual (saber por qué no vas a aceptar tal o cual cosa, sopesar pros y contras, tener claros tus principios); y valentía (independencia del qué dirán, ser atrevido o atrevida, defender tu individualidad sin ser egoísta). 

• ¿No sientes a veces el deseo de romper con toda tradición y hacer lo que te venga en gana? Los griegos llamados «cínicos», con Diógenes a la cabeza, lo hacían descaradamente. Lo curioso era que, aunque producían escozor en las clases dominantes, los admiraban por ser sabios. ¿Sabes quiénes eran los modelos de Diógenes? ¡Un ratón y un perro! ¿Sabes quién era un admirador de Diógenes? Alejandro Magno.

• Juégatela por tus ideas. ¿Qué puedes perder? Prefiero que no me quieran por ser como soy, a que me quieran porque sigo mansamente a las mayorías. Ser flexible en el tema de la normatividad es ser uno mismo de manera inteligente. El flexible no se acopla radicalmente, sólo lo hace hasta donde la propia esencia y conciencia le permitan.


Extracto del libro:
El arte de ser flexible
Walter Riso
Fotografía tomada de internet