miércoles, 1 de marzo de 2017

CONTRADICCIONES







Coherencia 


Silencio 


Diálogo interior 


Verdad





No me interesa mucho lo que te digo. Me interesa más lo que te pasa cuando te di­go algo, x, y, z. A veces, no dejo de contrade­cirme: hoy afirmo algo, y mañana digo otra co­sa, porque lo que digo no es lo importante. Mis charlas no son más que poesía. No soy un filó­sofo. Tal vez sea un poeta, pero no soy un filó­sofo. Mañana diré otra cosa, y pasado mañana, otra distinta. Ése no es el punto. Mis afirmacio­nes pueden ser contradictorias, pero yo no soy contradictorio, porque hoy digo algo y te que­das callado; mañana afirmo algo totalmente contradictorio y te quedas callado; pasado ma­ñana vuelvo a decir algo totalmente contradic­torio (todo lo que he afirmado lo contradice), pero te quedas callado.





Tu silencio es mi coherencia. Soy coheren­te, siempre coherente: contradictorio en la su­perficie, pero la corriente interior sigue siendo la misma.





Y recuerda: si te digo lo mismo todos los días, no te quedarás callado. Te aburrirás y tu diálogo interior dará comienzo. Si sigo repitien­do lo mismo, esto se volverá viejo. Cuando al­go es viejo, ya no necesitas escucharlo, o bien, aun sin escuchar, sabes lo que voy a decir, y puedes seguir con tu diálogo interior. Tengo que ser creativo al afirmar cosas, sorprendién­dote a veces. Pero una coherencia interna se mantiene: es para generar en ti el silencio, pues entonces puedo estar contigo y tú puedes estar conmigo. El amor, la verdad pue­den florecer allí.





Siempre que hay silencio, florece la verdad. La ver­dad es un florecimiento del silencio.









Referencia:


El dios de todos (Osho)


Un camino espiritual para descubrir a Dios


Fotografía tomada de internet