Observo que en los Estados Unidos, donde tanto abundan los alimentos y hay tantas cosas que comer, no hay mucho tiempo para comer. El comer puede ser un acto muy alegre y no hace falta comer mucho para estar sano.
Cuando recojo mis alimentos con palillos o un tenedor me detengo un momento a mirarlos. Me basta una fracción de segundo para identificarlos. Si estoy en el aquí y el ahora, reconoceré los alimentos de inmediato, ya se trate de una zanahoria, de una hoja de lechuga o de un pan. Les sonrío, me los llevo a la boca y los mastico siendo plenamente consciente de lo que estoy comiendo. La consciencia es siempre consciencia de algo y mastico los alimentos de forma que la vida, la alegría, la solidez, y la ausencia de miedo se vuelven posibles. Cuando llevo veinte segundos comiendo, me siento nutrido, no sólo en sentido físico, sino también mental y espiritual. Esta es una práctica muy, muy profunda.
En Plum Village nos damos tiempo para comer. Comemos como comunidad. Todos se sientan de forma bella y esperamos, para empezar a comer juntos. Cuando hay un hermano o una hermana comiendo con plena consciencia a la derecha y a la izquierda uno se siente respaldado en su práctica de comer con plena consciencia. Al principio de cada comida practicamos las Cinco Contemplaciones.
Estos alimentos son un regalo de todo
el universo, de la Tierra,
del cielo, y de mucho arduo trabajo.
Que podamos comerlos de forma que seamos
dignos de recibirlos.
Que podamos transformar nuestros estados
mentales negativos
y aprender a comer con moderación.
Que comamos únicamente alimentos que nos
nutran y prevengan la enfermedad.
Aceptamos estos alimentos para realizar el
camino de la comprensión y del amor.
La Primera Contemplación implica ser consciente de que nuestros alimentos vienen directamente de la Tierra y del cielo, son un regalo de la Tierra y del cielo, y también de quienes los preparan.
La Segunda Contemplación tiene que ver con el hecho de ser dignos de los alimentos que comemos. La manera de ser dignos de nuestros alimentos es comer con plena consciencia, ser conscientes de su presencia y estar agradecidos de tenerlos. Tomen, por ejemplo, la hoja de lechuga. La Tierra y el cielo han tardado muchos meses en producir una hoja de lechuga. Es una lástima si la miramos y no somos capaces de ver que es un milagro de la vida. La energía de la consciencia plena nos puede ayudar a ver lo maravillosos que son nuestros alimentos mientras comemos. Estamos presentes para los alimentos porque ellos están presentes para nosotros. No nos podemos permitir perdernos en nuestros miedos, preocupaciones, o enojos del pasado o del futuro. Coman conscientemente y serán dignos de la Tierra y del cielo.
La Tercera Contemplación tiene que ver con tomar consciencia de nuestras tendencias negativas y con no dejarnos arrastrar por estas tendencias negativas. Necesitamos aprender a comer con moderación; a comer la cantidad apropiada de alimento. En Plum Village cada uno de nosotros tiene un tazón para comer y cada vez que nos servimos, sabemos exactamente cuanto necesitamos realmente. El tazón utilizado por un monje o una monja se llama el instrumento de la justa medida. Es muy importante no comer en exceso. Si comen despacio y mastican con mucho cuidado recibirán más que suficiente nutrición. La cantidad justa de alimento es la que nos ayuda a estar sanos.
La Cuarta Contemplación tiene que ver con la calidad de nuestros alimentos. Estamos resueltos a consumir únicamente alimentos que no contengan sustancias tóxicas para nuestro cuerpo y nuestra consciencia. Prometemos comer únicamente las clases de alimentos que nos mantienen en buena salud y nutren nuestra compasión, y evitamos los tipos de alimentos que contienen o introducen toxinas en nuestro cuerpo y hacen que nos volvamos menos compasivos. Esto es comer con plena consciencia. El Buda dijo que si comen de una forma que destruye la compasión en ustedes es como si se comieran la carne de sus propios hijos o hijas. Practiquen el comer de forma que podan conservar la compasión en ustedes.
La Quinta Contemplación es ser consciente de que recibimos los alimentos para realizar algo. Nuestras vidas deben tener sentido, y este sentido es ayudar a la gente a sufrir menos, ayudar a la gente a tocar las alegrías de la vida. Cuando hay compasión en nuestros corazones, cuando sabemos que somos capaces de hacer que alguien sufra menos, la vida empieza a tener más sentido. Este es un alimento muy importante para nosotros.
Una sola persona es capaz de ayudar a muchos seres vivos. La hermana Chân Không, mi colaboradora, ha trabajado por muchos años con la gente pobre, los huérfanos, y los que padecen hambre. Ha ayudado a miles de personas que sufren menos gracias a su labor. Esto le aporta mucha alegría y da sentido a su vida. Esto puede ser así para todos nosotros, en cualquier parte. El solo hecho de decirle a alguien unas pocas palabras que le ayuden a sufrir menos puede dar sentido a nuestra vida. Y es algo que podemos hacer en cualquier parte.
Cuando nuestra vida tiene sentido, la felicidad se convierte en una realidad y ustedes se convierten en bodhisattvas aquí y ahora. Un bodhisattva es alguien que tiene compasión dentro de sí y es capaz de hacer sonreír o sufrir menos a otra persona. Todos somos capaces de hacer esto.
Extracto del libro:
Sea libre donde esté
Thich Nhat Hanh
Fotografía tomada de internet