Marlene y Florence, dos secretarias de Denver, estaban conversando mientras almorzaban. 
-Anoche me violó un hombre erudito-. Susurró Marlene.
-De veras? -dijo Florence-. Y cómo sabes que era erudito? 
-Porque tuve que ayudarle. 
FUENTE: OSHO: "El Hombre que Amaba las Gaviotas y Otros Relatos", Grupo Editorial Norma, Bogotá, 2003, ISBN 958-04-7279-3, Pag. 73

