sábado, 31 de marzo de 2018

LA TUMBA







Iba Gabriela abrazada a las flores que llevaba para su hermano Javier, en el cementerio de La Chacarita, cuando por casualidad descubrió la tumba de Osvaldo Soriano. 





—Flores, no quiere —advirtió el cuidador—. El es socialista. 





—A los socialistas nos gustan las flores —dijo Gabriela. 





Y el cuidador meneó la cabeza: 





—Aquí viene cada raro, si usted viera. Si yo le contara... 





Y le contó. Mientras barría el tierral con un escobillón, dijo el cuidador que allí acudían unos raros que se ponían a dar vueltas en torno a la tumba de Soriano y charlaban, no se callaban nunca, no hay un respeto, y se reían: 





—¿Quiere creer? Se ríen, oiga, se ríen. 





Se doblaban de risa los raros, dijo el cuidador, pero eso no era lo peor, si usted supiera, si yo le contara. Y le contó. Confidencial, en voz baja: 





—Le dejan cartas. Le entierran papelitos, quiere creer. 





Cuando el cuidador dio por concluida su denuncia, y pasó a ocuparse, escobillón en mano, de otros difuntos, Gabriela quedó sola. Y a solas, al pie de la tumba, esta leyente agradeció el humor desvestidor y entrañable de los libros del gordo Soriano. 





El cuidador estaba lejos y no escuchó la voz del Gordo, que desde las profundidades susurró: 





—Perdoná que no me levante.









Tomado de:


Cuentos de Galeano en la Jornada
Eduardo Galeano
Fotografía de internet


LA TUMBA


Iba Gabriela abrazada a las flores que llevaba para su hermano Javier, en el cementerio de La Chacarita, cuando por casualidad descubrió la tumba de Osvaldo Soriano. 

—Flores, no quiere —advirtió el cuidador—. El es socialista. 

—A los socialistas nos gustan las flores —dijo Gabriela. 

Y el cuidador meneó la cabeza: 

—Aquí viene cada raro, si usted viera. Si yo le contara... 

Y le contó. Mientras barría el tierral con un escobillón, dijo el cuidador que allí acudían unos raros que se ponían a dar vueltas en torno a la tumba de Soriano y charlaban, no se callaban nunca, no hay un respeto, y se reían: 

—¿Quiere creer? Se ríen, oiga, se ríen. 

Se doblaban de risa los raros, dijo el cuidador, pero eso no era lo peor, si usted supiera, si yo le contara. Y le contó. Confidencial, en voz baja: 

—Le dejan cartas. Le entierran papelitos, quiere creer. 

Cuando el cuidador dio por concluida su denuncia, y pasó a ocuparse, escobillón en mano, de otros difuntos, Gabriela quedó sola. Y a solas, al pie de la tumba, esta leyente agradeció el humor desvestidor y entrañable de los libros del gordo Soriano. 

El cuidador estaba lejos y no escuchó la voz del Gordo, que desde las profundidades susurró: 

—Perdoná que no me levante.


Tomado de:
Cuentos de Galeano en la Jornada
Eduardo Galeano
Fotografía de internet

PREMEDITACIÓN






PREMEDITACIÓN


viernes, 30 de marzo de 2018

CUANDO LAS COSAS SE PONEN DIFÍCILES







Las familias a veces experimentan mucho dolor y angustia. Cuando un miembro de la familia sufre, puede propagar su dolor a los demás. Por ejemplo, aunque un padre ame siempre a su hijo, a veces es incapaz de demostrárselo. De hecho, es posible que haga lo contrario. Pero el amor que siente por su hijo siempre está presente en su corazón, sólo ha de encontrar la forma de expresarlo.





Si ningún miembro de la familia es capaz de escuchar a los demás, el ambiente estará cargado de tensión y se hará casi irrespirable. La comunicación no será posible. Cuando la gente no se escucha entre sí, no puede ser feliz. Si en cuanto abres la boca el otro dice: “¡No quiero escucharte, ya sé lo que vas a decir, sólo quieres herirme!”, el deseo de compartir algo se frustra y acabamos distanciándonos unos de otros.





Para ser verdaderamente felices necesitamos que nos comprendan. A veces a lo mejor crees que no eres querido o comprendido, y esta sensación te hace sufrir. Para amar a alguien, primero hemos de intentar comprender a esa persona. Para lograrlo, practicamos el sentarnos en meditación y el escuchar; la práctica del amor consiste en esto. Te ruego que lo recuerdes. No te dejes llevar por los prejuicios y las suposiciones, no pienses que ya entiendes a esa persona.





Si creemos que la persona amada es la culpable de nuestro dolor, sufrimos mucho. En cambio, si creemos que es otra la culpable, no sufrimos tanto. En el primer caso, no podemos soportarlo, sufrimos cien veces más, queremos encerrarnos en nuestra habitación para echarnos a llorar, no deseamos verla ni hablar con ella. Aunque intente acercarse a nosotros, seguimos enfadados. No queremos que nos toque. Le decimos: “¡Déjame en paz!”, es una reacción muy normal.





Cuando te ocurra, es mejor no responder con palabras. Limítate a hacer la práctica de “detenerte”. Eso es lo que yo hago. Regreso a la respiración diciéndome en silencio: “Al inspirar, sé que estoy irritado. Al espirar, la irritación sigue ahí”. Continúo respirando así tres o cuatro veces y entonces hay un cambio.






Después nos acercamos a la persona amada que acaba de herirnos y le decirnos, siendo plenamente conscientes, con una gran atención y concentración: “Estoy sufriendo, ayúdame, por favor”. Ya sé que cuesta mucho, pero si lo intentas, lo conseguirás. Nos acercamos a ella, inspiramos y espiramos profundamente, y tras regresar a nosotros mismos al cien por cien, le decimos que estamos sufriendo y que necesitamos su ayuda. A lo mejor no deseamos hacerlo creyendo que no nos hace falta. Al contrario, queremos ser independientes y decirle: “¡No te necesito!”, porque nos ha herido profundamente. Por eso no queremos pedir ayuda, porque nuestro orgullo está herido. Pero de todos modos es muy importante aprender a decirlo.





Para ponerlo en práctica deberemos entrenarnos durante un tiempo, ya que nuestra inclinación natural es decir que podemos sobrevivir sin ella y demostrárselo con el deseo de castigarla. Y queremos castigarla porque se ha atrevido a hacernos sufrir. Pero si observamos a fondo la situación, veremos que esa conducta no es acertada. Estamos seguros de que la otra persona es la culpable de nuestro sufrimiento, pero quizá estemos equivocados. Cuando dos personas se quieren, se necesitan mutuamente, en especial cuando están sufriendo.









Extracto del libro:


A la sombra del manzano rosal


El budismo explicado a los niños


Thich Nhat Hanh


Fotografía tomada de internet


CUANDO LAS COSAS SE PONEN DIFÍCILES


Las familias a veces experimentan mucho dolor y angustia. Cuando un miembro de la familia sufre, puede propagar su dolor a los demás. Por ejemplo, aunque un padre ame siempre a su hijo, a veces es incapaz de demostrárselo. De hecho, es posible que haga lo contrario. Pero el amor que siente por su hijo siempre está presente en su corazón, sólo ha de encontrar la forma de expresarlo.

Si ningún miembro de la familia es capaz de escuchar a los demás, el ambiente estará cargado de tensión y se hará casi irrespirable. La comunicación no será posible. Cuando la gente no se escucha entre sí, no puede ser feliz. Si en cuanto abres la boca el otro dice: “¡No quiero escucharte, ya sé lo que vas a decir, sólo quieres herirme!”, el deseo de compartir algo se frustra y acabamos distanciándonos unos de otros.

Para ser verdaderamente felices necesitamos que nos comprendan. A veces a lo mejor crees que no eres querido o comprendido, y esta sensación te hace sufrir. Para amar a alguien, primero hemos de intentar comprender a esa persona. Para lograrlo, practicamos el sentarnos en meditación y el escuchar; la práctica del amor consiste en esto. Te ruego que lo recuerdes. No te dejes llevar por los prejuicios y las suposiciones, no pienses que ya entiendes a esa persona.

Si creemos que la persona amada es la culpable de nuestro dolor, sufrimos mucho. En cambio, si creemos que es otra la culpable, no sufrimos tanto. En el primer caso, no podemos soportarlo, sufrimos cien veces más, queremos encerrarnos en nuestra habitación para echarnos a llorar, no deseamos verla ni hablar con ella. Aunque intente acercarse a nosotros, seguimos enfadados. No queremos que nos toque. Le decimos: “¡Déjame en paz!”, es una reacción muy normal.

Cuando te ocurra, es mejor no responder con palabras. Limítate a hacer la práctica de “detenerte”. Eso es lo que yo hago. Regreso a la respiración diciéndome en silencio: “Al inspirar, sé que estoy irritado. Al espirar, la irritación sigue ahí”. Continúo respirando así tres o cuatro veces y entonces hay un cambio.

Después nos acercamos a la persona amada que acaba de herirnos y le decirnos, siendo plenamente conscientes, con una gran atención y concentración: “Estoy sufriendo, ayúdame, por favor”. Ya sé que cuesta mucho, pero si lo intentas, lo conseguirás. Nos acercamos a ella, inspiramos y espiramos profundamente, y tras regresar a nosotros mismos al cien por cien, le decimos que estamos sufriendo y que necesitamos su ayuda. A lo mejor no deseamos hacerlo creyendo que no nos hace falta. Al contrario, queremos ser independientes y decirle: “¡No te necesito!”, porque nos ha herido profundamente. Por eso no queremos pedir ayuda, porque nuestro orgullo está herido. Pero de todos modos es muy importante aprender a decirlo.

Para ponerlo en práctica deberemos entrenarnos durante un tiempo, ya que nuestra inclinación natural es decir que podemos sobrevivir sin ella y demostrárselo con el deseo de castigarla. Y queremos castigarla porque se ha atrevido a hacernos sufrir. Pero si observamos a fondo la situación, veremos que esa conducta no es acertada. Estamos seguros de que la otra persona es la culpable de nuestro sufrimiento, pero quizá estemos equivocados. Cuando dos personas se quieren, se necesitan mutuamente, en especial cuando están sufriendo.


Extracto del libro:
A la sombra del manzano rosal
El budismo explicado a los niños
Thich Nhat Hanh
Fotografía tomada de internet

LLENANDO NECESIDADES






LLENANDO NECESIDADES


jueves, 29 de marzo de 2018

SÓLO VI EL ORO







Había una vez un hombre de Ch'i que deseaba oro. Al amanecer se puso su abrigo y su sombrero y se fue al mercado. Fue al puesto del vendedor de oro, le arrebató el oro y desapareció. 





La policía lo arrestó y le preguntó: Por qué arrebató el oro ajeno, y además en presencia de tanta gente? El hombre respondió: 





-En el momento en que lo tomé, no vi la gente, sólo vi el oro. 





FUENTE: 


OSHO: "El Hombre que Amaba las Gaviotas y Otros Relatos", Grupo Editorial Norma, Bogotá, 2003, ISBN 958-04-7279-3, Pag. 117

SÓLO VI EL ORO


Había una vez un hombre de Ch'i que deseaba oro. Al amanecer se puso su abrigo y su sombrero y se fue al mercado. Fue al puesto del vendedor de oro, le arrebató el oro y desapareció. 

La policía lo arrestó y le preguntó: Por qué arrebató el oro ajeno, y además en presencia de tanta gente? El hombre respondió: 

-En el momento en que lo tomé, no vi la gente, sólo vi el oro. 

FUENTE: 
OSHO: "El Hombre que Amaba las Gaviotas y Otros Relatos", Grupo Editorial Norma, Bogotá, 2003, ISBN 958-04-7279-3, Pag. 117

EL SOL NO ES SELECTIVO






EL SOL NO ES SELECTIVO


miércoles, 28 de marzo de 2018

LOS MONOS







Era un aspirante espiritual con mucha motivación, pero tenía una mente muy dispersa. Tuvo noticias de un sobresaliente mentor y no dudó en desplazarse hasta donde vivía y decirle: 





--Respetado maestro, perdona que te moleste, pero mi gratitud sería enorme si pudieras proporcionarme un tema de meditación, puesto que tengo decidido retirarme al bosque durante unas semanas para meditar sin descanso. 





--Me complace tu decisión. Ve al bosque y estáte contigo mismo. Puedes meditar en todo aquello que quieras, excepto en monos. Trae lo que quieras a tu mente, pero no pienses en monos. 





El discípulo se sintió muy contento, diciendo: “!Qué fácil es el tema que me ha proporcionado el maestro!; sí, realmente sencillo”. Se retiró a un frondoso bosque y dispuso una cabaña para la meditación. Transcurrieron las semanas y el aspirante puso término al retiro. Regresó junto al mentor, y éste, nada más verlo, preguntó: 





--¿Qué tal te ha ido? 





Apesadumbrado, el aspirante repuso: 





--Ha sido agotador. Traté incansablemente de pensar en algo que no fuesen monos, pero los monos iban y venían por mi mente sin poderlo evitar. En realidad, llegó un momento en que sólo pensaba en monos. 





***





El Maestro dice: La mente es amiga y enemiga; es una mala dueña, pero una buena aliada. Por eso es necesario aprender a contener el pensamiento y poner la mente bajo el yugo de la voluntad.









Tomado del libro:


101 Cuentos clásicos de la India


Recopilación de Ramiro Calle


Fotográfía de Internet


LOS MONOS


Era un aspirante espiritual con mucha motivación, pero tenía una mente muy dispersa. Tuvo noticias de un sobresaliente mentor y no dudó en desplazarse hasta donde vivía y decirle: 

--Respetado maestro, perdona que te moleste, pero mi gratitud sería enorme si pudieras proporcionarme un tema de meditación, puesto que tengo decidido retirarme al bosque durante unas semanas para meditar sin descanso. 

--Me complace tu decisión. Ve al bosque y estáte contigo mismo. Puedes meditar en todo aquello que quieras, excepto en monos. Trae lo que quieras a tu mente, pero no pienses en monos. 

El discípulo se sintió muy contento, diciendo: “!Qué fácil es el tema que me ha proporcionado el maestro!; sí, realmente sencillo”. Se retiró a un frondoso bosque y dispuso una cabaña para la meditación. Transcurrieron las semanas y el aspirante puso término al retiro. Regresó junto al mentor, y éste, nada más verlo, preguntó: 

--¿Qué tal te ha ido? 

Apesadumbrado, el aspirante repuso: 

--Ha sido agotador. Traté incansablemente de pensar en algo que no fuesen monos, pero los monos iban y venían por mi mente sin poderlo evitar. En realidad, llegó un momento en que sólo pensaba en monos. 

***

El Maestro dice: La mente es amiga y enemiga; es una mala dueña, pero una buena aliada. Por eso es necesario aprender a contener el pensamiento y poner la mente bajo el yugo de la voluntad.


Tomado del libro:
101 Cuentos clásicos de la India
Recopilación de Ramiro Calle
Fotográfía de Internet

DIAGNOSIS PROFUNDA






DIAGNOSIS PROFUNDA


martes, 27 de marzo de 2018

TAO TE KING: PRINCIPIO 38







Quien aprecia mucho la VIDA,


nada sabe de ella,


por eso la posee.





Quien no aprecia la vida, e intenta no perderla,


no la tiene.





Quien estima la VIDA,


no actúa, ni tiene propósitos.





Quien desprecia la VIDA,


actúa y tiene propósitos.





Quien estima el amor, actúa,


pero carece de propósitos.





Quien estima la justicia,


actúa y tiene propósitos.





Quien estima la moral, actúa,


y si no se le responde,


agita los brazos, amenazante,


tratando de arrastrarte.





Cuando se pierde el SENTIDO, entonces la VIDA.


Perdida la VIDA, entonces el amor.


Perdido el amor, entonces la justicia.


Perdida la justicia, entonces la moral.





La moral es la carencia de fe y lealtad,


y el comienzo de la confusión.





La premeditación no es más que la ilusión del


SENTIDO,


y el principio de la necedad.





El hombre recto se atiene a la totalidad


y no conserva la parte.





Vive en el Ser, no en la ilusión.


Abandona esta y se atiene a aquel.









Extracto del libro:



Lao-Tsé


Tao Te King


Fotografía tomada de internet



TAO TE KING: PRINCIPIO 38


Quien aprecia mucho la VIDA,
nada sabe de ella,
por eso la posee.

Quien no aprecia la vida, e intenta no perderla,
no la tiene.

Quien estima la VIDA,
no actúa, ni tiene propósitos.

Quien desprecia la VIDA,
actúa y tiene propósitos.

Quien estima el amor, actúa,
pero carece de propósitos.

Quien estima la justicia,
actúa y tiene propósitos.

Quien estima la moral, actúa,
y si no se le responde,
agita los brazos, amenazante,
tratando de arrastrarte.

Cuando se pierde el SENTIDO, entonces la VIDA.
Perdida la VIDA, entonces el amor.
Perdido el amor, entonces la justicia.
Perdida la justicia, entonces la moral.

La moral es la carencia de fe y lealtad,
y el comienzo de la confusión.

La premeditación no es más que la ilusión del
SENTIDO,
y el principio de la necedad.

El hombre recto se atiene a la totalidad
y no conserva la parte.

Vive en el Ser, no en la ilusión.
Abandona esta y se atiene a aquel.


Extracto del libro:
Lao-Tsé
Tao Te King
Fotografía tomada de internet

EQUIPAJE INNECESARIO






EQUIPAJE INNECESARIO


lunes, 26 de marzo de 2018

RELACIONES ADICTIVAS: EL AMOR NO ES SELECTIVO







El amor no es selectivo, lo mismo que la luz del sol no es selectiva. No convierte a una persona en especial. No es exclusivo. La exclusividad no es el amor de Dios sino el "amor" del ego. Sin embargo, la intensidad con la cual el verdadero amor se siente puede variar. Puede haber una persona que refleja su amor más clara e intensamente que las demás y si esa persona siente lo mismo hacia usted, se puede decir que usted está en una relación amorosa con ella o él. El lazo que lo conecta con esa persona es el mismo que lo conecta con la persona que se sienta a su lado en el autobús, o con un pájaro, un árbol, una flor. Sólo que el grado de intensidad con el cual se siente es diferente. 





Incluso en una relación que es adictiva en otros sentidos, puede haber momentos en los que algo más real brilla, algo más allá de sus necesidades adictivas mutuas. Esos son momentos en los que su mente y la de su pareja brevemente se calman y el cuerpo del dolor está temporalmente en un estado latente. Esto puede ocurrir a veces durante la intimidad física. O cuando los dos están presenciando el milagro del nacimiento de un niño, o en presencia de la muerte, o cuando uno de los dos está gravemente enfermo, cualquier cosa que vuelva la mente carente de poder. Cuando esto ocurre, su Ser, que está habitualmente enterrado bajo la mente, se revela y es eso lo que hace posible la verdadera comunicación. 





La comunicación es comunión, la realización de la unidad, que es amor. Habitualmente, esto se pierde de nuevo muy rápido a menos que usted sea capaz de permanecer suficientemente presente para mantener fuera la mente y sus patrones. En cuanto la mente y la identificación con ella retornan, usted ya no es usted mismo sino una imagen mental de usted mismo, y empieza a representar papeles de nuevo para llenar las necesidades de su ego. Usted es una mente humana de nuevo que aparenta ser un ser humano, interactuando con otra mente, representando un drama llamado "amor". 





Aunque son posibles breves atisbos, el amor no puede florecer a menos que usted esté permanentemente libre de la identificación con la mente y su presencia sea lo suficientemente intensa para haber disuelto el cuerpo del dolor, o al menos pueda permanecer presente como el observador. El cuerpo del dolor no puede dominarlo entonces y volverse así destructor del amor.






Del libro:
El Poder del Ahora
Eckhart Tolle




Imagen tomada del internet


RELACIONES ADICTIVAS: EL AMOR NO ES SELECTIVO


El amor no es selectivo, lo mismo que la luz del sol no es selectiva. No convierte a una persona en especial. No es exclusivo. La exclusividad no es el amor de Dios sino el "amor" del ego. Sin embargo, la intensidad con la cual el verdadero amor se siente puede variar. Puede haber una persona que refleja su amor más clara e intensamente que las demás y si esa persona siente lo mismo hacia usted, se puede decir que usted está en una relación amorosa con ella o él. El lazo que lo conecta con esa persona es el mismo que lo conecta con la persona que se sienta a su lado en el autobús, o con un pájaro, un árbol, una flor. Sólo que el grado de intensidad con el cual se siente es diferente. 

Incluso en una relación que es adictiva en otros sentidos, puede haber momentos en los que algo más real brilla, algo más allá de sus necesidades adictivas mutuas. Esos son momentos en los que su mente y la de su pareja brevemente se calman y el cuerpo del dolor está temporalmente en un estado latente. Esto puede ocurrir a veces durante la intimidad física. O cuando los dos están presenciando el milagro del nacimiento de un niño, o en presencia de la muerte, o cuando uno de los dos está gravemente enfermo, cualquier cosa que vuelva la mente carente de poder. Cuando esto ocurre, su Ser, que está habitualmente enterrado bajo la mente, se revela y es eso lo que hace posible la verdadera comunicación. 

La comunicación es comunión, la realización de la unidad, que es amor. Habitualmente, esto se pierde de nuevo muy rápido a menos que usted sea capaz de permanecer suficientemente presente para mantener fuera la mente y sus patrones. En cuanto la mente y la identificación con ella retornan, usted ya no es usted mismo sino una imagen mental de usted mismo, y empieza a representar papeles de nuevo para llenar las necesidades de su ego. Usted es una mente humana de nuevo que aparenta ser un ser humano, interactuando con otra mente, representando un drama llamado "amor". 

Aunque son posibles breves atisbos, el amor no puede florecer a menos que usted esté permanentemente libre de la identificación con la mente y su presencia sea lo suficientemente intensa para haber disuelto el cuerpo del dolor, o al menos pueda permanecer presente como el observador. El cuerpo del dolor no puede dominarlo entonces y volverse así destructor del amor.

Del libro:
El Poder del Ahora
Eckhart Tolle
Imagen tomada del internet

COSAS DE LA MENTE QUE NUBLAN LOS CORAZONES






COSAS DE LA MENTE QUE NUBLAN LOS CORAZONES


domingo, 25 de marzo de 2018

EL VENENO







En las heladas vísperas de cada amanecer, ante las brasas del fogón, el capataz y el peón armaban el primer cigarrillo del día. Ellos no se miraban, no se nombraban, no se hablaban. Entre los dos se sentaba Tarzán, el perro. Sólo con el perro conversaban. Dirigiéndose al perro, decía el capataz: 





—Hay una vaca muerta en la cañada. Hasta cuándo va a estar. 





Y el peón: 





—Pregúntele a la vaca, Tarzán. 





Tarzán miraba a uno, miraba al otro. El era perro parco, de poco ladrar, y rara vez gruñía o meneaba el rabo. Se ganaba el hueso escuchando al capataz, que le decía que hay que arreglar la alambrada, y al peón, que le decía que chocolate por la noticia. Y hasta la madrugada siguiente, desaparecía. 





Estos dos hombres que se odiaban eran los únicos que trabajaban las tierras de la Viuda, en Rocha, inmensidades atravesadas por catorce tranqueras: hábiles en sus artes de jinetes pastores, tirón de rienda, vuelo de lazo, tajo de facón, salían a recorrer campo a la salida del sol, cada cual por su rumbo, y hasta la noche cabalgaban sin cruzarse jamás. 





Una madrugada, Tarzán no vino. El sol abrió su primer tajo en el horizonte y se elevó en el cielo y Tarzán no vino. Sin mirarse, sin nombrarse, sin hablarse, los dos hombres ensillaron y se echaron al campo. Y a la madrugada siguiente, Tarzán tampoco vino y los hombres, callados, se fueron a trabajar. 





El perro apareció en un pastizal, ojos de vidrio, patas rígidas, un rastro de sangre en el hocico, muerto del veneno de una víbora crucera. Y una semana después, día más, día menos, alguien encontró a los dos hombres, tumbados sobre las cenizas del fogón, cada uno con el cuchillo del otro metido hasta el mango en algún lugar del cuerpo. 









Tomado de:


Cuentos de Galeano en la Jornada
Eduardo Galeano
Fotografía de internet


EL VENENO


En las heladas vísperas de cada amanecer, ante las brasas del fogón, el capataz y el peón armaban el primer cigarrillo del día. Ellos no se miraban, no se nombraban, no se hablaban. Entre los dos se sentaba Tarzán, el perro. Sólo con el perro conversaban. Dirigiéndose al perro, decía el capataz: 

—Hay una vaca muerta en la cañada. Hasta cuándo va a estar. 

Y el peón: 

—Pregúntele a la vaca, Tarzán. 

Tarzán miraba a uno, miraba al otro. El era perro parco, de poco ladrar, y rara vez gruñía o meneaba el rabo. Se ganaba el hueso escuchando al capataz, que le decía que hay que arreglar la alambrada, y al peón, que le decía que chocolate por la noticia. Y hasta la madrugada siguiente, desaparecía. 

Estos dos hombres que se odiaban eran los únicos que trabajaban las tierras de la Viuda, en Rocha, inmensidades atravesadas por catorce tranqueras: hábiles en sus artes de jinetes pastores, tirón de rienda, vuelo de lazo, tajo de facón, salían a recorrer campo a la salida del sol, cada cual por su rumbo, y hasta la noche cabalgaban sin cruzarse jamás. 

Una madrugada, Tarzán no vino. El sol abrió su primer tajo en el horizonte y se elevó en el cielo y Tarzán no vino. Sin mirarse, sin nombrarse, sin hablarse, los dos hombres ensillaron y se echaron al campo. Y a la madrugada siguiente, Tarzán tampoco vino y los hombres, callados, se fueron a trabajar. 

El perro apareció en un pastizal, ojos de vidrio, patas rígidas, un rastro de sangre en el hocico, muerto del veneno de una víbora crucera. Y una semana después, día más, día menos, alguien encontró a los dos hombres, tumbados sobre las cenizas del fogón, cada uno con el cuchillo del otro metido hasta el mango en algún lugar del cuerpo. 


Tomado de:
Cuentos de Galeano en la Jornada
Eduardo Galeano
Fotografía de internet

¿QUÉ PASARÍA SI LO DEJAS IR?






¿QUÉ PASARÍA SI LO DEJAS IR?


sábado, 24 de marzo de 2018

LA DEMOCRATIZACIÓN DEL CONOCIMIENTO







Jimmy Wales: la democratización del conocimiento





«Imagina un mundo en el que se da a cada persona del planeta el acceso libre a la suma de todo el conocimiento humano. Eso es lo que estamos haciendo.»





Uno de los creadores de la enciclopedia más visitada de internet ha causado más de un dolor de cabeza a Google y Yahoo, ya que Wikipedia está considerada hoy la mayor enciclopedia libre de la red. 





Jimmy Wales creció en un entorno familiar donde la educación era la principal fuente de riqueza. En palabras del propio Jimmy: «La educación fue siempre una pasión en mi hogar... el tan tradicional apremio por el conocimiento y el aprendizaje, estableciendo eso como una base para una buena vida».





Tras cursar estudios medios, ingresó en la Universidad de Auburn, donde se licenció en finanzas y más tarde entró en el doctorado en Finanzas de la Universidad de Alabama. Prosiguió sus estudios de posgrado en la Universidad de Indiana, donde compaginó su formación con impartir clases en estas universidades. Este segundo doctorado no lo llegó a terminar por aburrimiento, según afirmó él mismo.





A continuación trabajó varios años como inversor bursátil en Chicago. Cuando ahorró el suficiente dinero, se aventuró a probar suerte e invirtió lo reunido en su propio proyecto. Es así como en 2001 creó, junto con Larry Sanger, la célebre Wikipedia que nutre de información a estudiantes y curiosos de todo el globo.





La clave que hizo que este proyecto se convirtiera en lo que es actualmente fue la participación de internautas en la edición de los artículos. Para Wales, el éxito de Wikipedia «es el triunfo de la colaboración entre usuarios. La idea es que existe una base de conocimiento común y se trata de ponerla al alcance de todos. Sin duda queda espacio para las enciclopedias de pago, pero era necesaria una obra general y gratuita como ésta».





La Fundación Wikipedia surgió posteriormente como necesidad para ordenar los contenidos y para recaudar fondos para poder gestionarla y mantenerla de modo que siga siendo gratuita como hasta ahora.





Sin duda, otro gran secreto del éxito de Wikipedia es su coste prácticamente nulo. El propio Wales afirma que «el nivel de gastos de nuestro producto es muy bajo y esto nos hace viables, por lo que no veo ningún problema para que el proyecto siga vivo en los próximos años».





Wales asegura que Wikipedia está supervisada por más de 16.000 voluntarios que permiten que sea gratuita. 





Cuenta con versiones en 75 lenguas y sólo tiene contratado a un empleado. El resto de la infraestructura, como los servidores, la conexión a la red o el mantenimiento, se sufraga con donaciones y ayudas de particulares y organizaciones.





ALGUNAS INSPIRACIONES DE JIM M Y WALES





«El objetivo es brindar al público una enciclopedia libre para cada persona en el mundo, en su propio idioma. No sólo en el sentido de “barra libre”, sino también en el sentido de libertad de palabra.»





«Lo que nos motiva es crear un impacto positivo en el mundo.»





«Somos más rápidos que nadie. Por ejemplo, el último tsunami asiático o los atentados de Londres se incorporaron en menos de 48 horas a la enciclopedia. Esto es una virtud.»





«El amor. No es muy popular en los círculos técnicos decir un montón de cosas sobre el amor sentimental, pero, francamente, es una parte muy, muy importante de lo que sostiene nuestro proyecto.»









Del libro:


El mapa del tesoro


Álex Rovira/

      Francesc Miralles



Fotografía tomada de internet