Es como una nube en el cielo. Cuando la nube ya no está en el cielo no significa que la nube haya muerto. La nube continúa en otras formas, como lluvia o nieve o hielo. Así que uno puede reconocer tu nube en sus nuevas formas. Si estás muy encariñado de una nube hermosa y si tu nube no está más ahí, no deberías estar triste. Tu amada nube pudo haberse convertido en lluvia, llamándote ‘querida, querida ¿No me ves en mi nueva forma?’. Y entonces no serás golpeada por la pena y la desesperación. Tu ser amado continúa siempre. La meditación te ayuda a reconocer su presencia constante en nuevas formas.
Nuestra naturaleza es la naturaleza sin nacimiento y sin muerte. La naturaleza de la nube también. Una nube no puede morir nunca. Una nube puede volverse nieve o granizo o lluvia, pero es imposible para una nube pasar de ‘ser’ a ‘no ser’, y eso es verdadero para con tu ser amado. Ella no ha muerto, ella continua en muchas formas nuevas. Y uno puede mirarla profundamente y reconocerla en uno y alrededor de uno.
Thich Nhat Hanh