LA AUTOINDAGACIÓN NO SE corresponde con una pregunta concreta, ¿quién soy yo?, sino que se trata de una forma de ser, un estilo de vida. Es una disposición a detenerse en cualquier momento y preguntarse: ¿qué está pasando? ¿Qué está siendo pensado? ¿Qué está siendo creído? ¿Es real? ¿Es cierto? En esta investigación abierta es posible reconocer que, cualquiera que sea mi historia, siempre está compuesta únicamente de pensamiento. Por fuertes que sean los pensamientos, por relativamente real que pueda parecer la historia, sólo está hecha de pensamientos. Más profunda que esos pensamientos, previa a ellos, posterior a ellos, e incluso maravillosamente simultánea a ellos, está la verdad de quien eres. Es posible descubrir esa verdad sin negar la relevancia de ningún pensamiento particular.
La autoindagación directa cuestiona la suposición básica de que eres “alguien”. Esta suposición raras veces examina, porque a continuación suele venir “lo que necesito, lo que quiero, lo que tengo, lo que no tengo, lo que debería tener…”, y así sucesivamente. Estas historias te mantienen identificado con una persona separada de la inmensidad de tu verdadera identidad. Te mantienen identificado con una forma particular, un cuerpo que está sujeto al nacimiento y a la muerte. Esta identificación es la individualización consciente. No hay nada malo ni equivocado en la individualización. Es algo natural en evolución y el desarrollo del ser humano. Es parte del misterio humano.
La mayoría de los buscadores espirituales creen que la identificación personal obstaculiza la autorrealización, y eso da lugar al impulso de librarse de la historia personal. Pero ésta sólo es una parte más de la historia. Es muy importante reconocer esto. Intentar librarse de la historia personal sólo es una nueva versión de la historia, otro ejemplo del poder que tiene la mente para controlar.
He visto muchas veces que, en los círculos espirituales, la gente, en lugar de hacer un examen real de sus historias, tiende a suprimirlas. En esta supresión puede parecer que la historia ha sido eliminada, pero siguen sin sentirse en paz. No puedes descansar en tu propia belleza y trascendencia mientras suprimas tu historia. La historia sigue desarrollándose, pero como te identificas como buscador espiritual, la apartas de tu conciencia. El condicionamiento espiritual ha tomado el lugar del condicionamiento mundano. La historia sigue operando, pero ahora lo hace de forma subconsciente. Y no sabes por qué sigues sufriendo. El sufrimiento continuado es una prueba de que sigues contándote una historia. Si está dispuesto a no etiquetar ese sufrimiento como malo, estarás en condiciones de ver cuál es tu historia.
Extracto del libro:
El Diamante en tu bolsillo: Descubre tu verdadero resplandor
Gangaji
Imágenes tomadas de internet