lunes, 5 de agosto de 2019

EL ESPEJO


Pedro García Dobles siempre tuvo planes de fuga, pero a los dos años de edad vivía con los padres, Aurelia y Alex, en su casa de San Isidro de Heredia, y parecía conforme con la situación. 

Una mañana, Aurelia lo alzó en brazos ante el espejo. Señalando su propia imagen, ella dijo: 

—Mamá. 

Y señalando la imagen de él, dijo: 

—Pedro. 

A Pedro le interesó el asunto: 

—¿Entramos? 

Aurelia llamó al espejo, toc-toc, con los nudillos. Y nada. Entonces Pedro intentó meterse, y comprobó, triste: 

—Tá cerrado



Tomado de:
Cuentos de Galeano en la Jornada
Eduardo Galeano
Fotografía de internet