Tómate el tiempo necesario para disfrutar de la simple práctica  de respirar atentamente. «Inspiro y sé que estoy inspirando. Espiro y sé  que estoy espirando». Si haces esto con la suficiente atención, serás  capaz de estar realmente aquí. En el momento en que empiezas a  practicar la respiración atenta, tu cuerpo comienza a unificarse. Bastan  diez o veinte segundos para llevar a cabo el milagro de unificar cuerpo  y mente en el presente. Esto es algo que todo el mundo, incluidos los  niños, puede hacer. 
Como decía el Buda: «El pasado ya se ha ido y el futuro todavía  no ha llegado. Solo existe un momento en el que podemos acceder a la  vida y ese momento es el presente». Meditar atendiendo a la  respiración es llevar la mente y el cuerpo al presente para no olvidar tu  cita con la vida. 
Extracto del libro:
Miedo
Thich Nhat Hanh
Fotografía tomada de internet

