Debemos comenzar aquí mismo, donde estamos, sencilla y directamente. Cuando estos dos pasos iniciales, virtud y entendimiento correcto, se hayan completado, el tercer paso, el desarraigo de las impurezas, sucederá con toda naturalidad, sin deliberación.
Cuando aparece la luz, no nos preocupamos más por salir de la oscuridad, ni nos preguntamos adónde se fue. Sólo nos damos cuenta que hay luz.
Extracto del libro:
No Ajahn Chah
Reflexiones
Fotografía de Internet