sábado, 2 de mayo de 2020

EL ASNO Y EL COCHINO








Envidiando la suerte del Cochino,


un Asno maldecía su destino.





"Yo, decía, trabajo y como paja;


él come harina, berza y no trabaja:


a mí me dan de palos cada día;


a él le rascan y halagan a porfía".





Así se lamentaba de su suerte;


pero luego que advierte


que a la pocilga alguna gente avanza


en guisa de matanza,


armada de cuchillo y de caldera,


y que con maña fiera


dan al gordo cochino fin sangriento,


dijo entre sí el jumento:





Si en esto para el ocio y los regalos,


al trabajo me atengo y a los palos.








Moraleja: No envidies la vida de los demás porque no sabes su realidad. Vive la tuya y disfruta cuanto puedas. Siempre puede ser peor.








Félix María Samaniego