Unos ignorantes dijeron un día a Mediún: 
«¡Leila no es tan hermosa! En nuestra ciudad hay millares de mujeres que la superan en belleza y en refinamiento». 
Mediún respondió: 
«La apariencia es una cántara. La belleza es el vino. Dios me ofrece vino bajo esta apariencia. A vosotros os ofrece vinagre en la misma cántara para que abandonéis el amor de las apariencias. La mano de Dios dispensa el veneno y la miel en la misma cántara. La cántara es muy visible, pero, para los ciegos, el vino no existe». 
150 Cuentos sufíes
Maulana Jalāl al-Dīn Rūmī
Fotografía tomada de internet

