Al afrontar cualquier vivencia, hay una fórmula, un proceso, mediante el cual tú puedes avanzar hacia la Maestría. Sólo declara lo siguiente:
1. Nada en este mundo es real.
2. El significado de todo es el significado que yo le doy.
3. Yo soy quien yo digo que soy, y mi vivencia es la que yo digo que es.
El primer paso del Proceso Triádico es el más difícil para muchas personas.
Este paso proclama que todo lo que miramos, todo lo que experimentamos, es irreal. Nada es en realidad lo que nosotros suponemos.
Esto no quiere decir que no esté. Lo que sí quiere decir es que no es «real». Es decir, que no es «realmente» lo que «parece». No es lo que nosotros suponemos que es.
Para entender este fenómeno con mayor profundidad, recomiendo leer el libro de Michael Talbot El universo holográfico: una visión nueva y extraordinaria de la realidad. Este libro extraordinario nos explica desde el punto de vista científico el mundo de ilusiones en que vivimos.
La afirmación de que «nada en este mundo es real» se basa en la física cuántica, pero es algo más que una observación científica. Es también una verdad psicológica y espiritual (en Un curso de milagros se encuentra una expresión muy espiritual de esta idea: «nada de lo que veo es real»). Ser consciente de esta verdad puede resultar muy sanador, sobre todo en momentos de grandes problemas o de mucho estrés.
Si crees que lo que vives en épocas difíciles es real, lo volvereis real, literalmente, en cuanto al efecto que ejerce sobre tu vida. Por otra parte, si sabes que es irreal y que su efecto no es más que una cosa que te estás inventando tú, pero que no tiene cuerpo ni sustancia en absoluto, puedes hacer desaparecer ese efecto en un momento.
En Conversaciones con Dios se dice que aquello a lo que te resistes, persiste, y aquello que miras, desaparece. Es decir, deja de tener su forma ilusoria.
Si lo que estás pensando ahora es que esto recuerda mucho al mensaje de la película de ciencia ficción Matrix, tienes toda la razón. Recordarás que en esa película aparecen unos personajes que viven en un mundo de ilusiones creado por sus pensamientos, y que el protagonista, Neo, se convierte en una especie de «dios» entre los hombres a base de entrenar la mente para resistirse a las apariencias de las cosas (como por ejemplo la de una bala que viene hacia él) y negar su realidad.
Negando, literalmente, la realidad de cualquier cosa que te esté sucediendo ahora y que no quieras que te suceda, conseguirás, como mínimo, reducir sus efectos negativos. Ya lo hizo ver el doctor Norman Vincent Peale, pastor cristiano que fue popular en los años cuarenta y cincuenta del siglo XX, en su libro extraordinario llamado El poder del pensamiento positivo. Lo mismo hizo el escritor James Alien en su libro clásico Como un hombre piensa, así es su vida.
Naturalmente, ya lo dijo de manera directa y perfecta el gran maestro Jesús cuando anunció: «Así como creíste, te será hecho».
De modo que el primer paso del Proceso Triádico consiste en negar la realidad del efecto interior que ejerce en ti cualquier cosa.
Esto no sólo se aplica al supuesto «mal», sino también al supuesto «bien». Y puede que te preguntes: «¿De qué sirve negar los efectos del supuesto "bien"?».
La respuesta es que si te plantas frente a tu mayor alegría, la miras fijamente y le dices lo que es, una ilusión, dejas de apegarte firmemente a ella.
Puede que sigas disfrutando de ella; pero le quitas de encima lo malo. Le quitas lo malo de tener adicción a una forma concreta de tu disfrute de la vida.
Es la adicción (a las personas, a los lugares y a las cosas) lo que produce agitación donde había paz, sufrimiento donde había alegría, dolor donde había placer, tristeza donde había felicidad. Nadie lo ha descrito tan bien como Ken Keyes, Jr., en su penetrante libro Hacia la expansión de la conciencia. Este libro, escrito por un parapléjico que vivía en una silla de ruedas, me cambió la vida para siempre. Dice que sabrás que eres adicto a una persona, a un lugar o a una vivencia cuando la ausencia de esa persona, de ese lugar o de esa vivencia te haga perder la felicidad.
Hacia la expansión de la conciencia se publicó hace algunos años y todavía se vende. Enseña a elevar las «adicciones» a la categoría de «preferencias», y yo lo considero uno de los libros más extraordinarios y penetrantes que se han escrito sobre el tema de la felicidad humana.
Es importante observar que, con negar la realidad última de todo lo que pensamos, vemos y decimos, no necesariamente lo estamos apartando de nosotros. Lo único que hacemos es recontextualizar nuestra vivencia de todo ello, obligándonos a nosotros mismos a observar que lo que estamos mirando es una ilusión. Sólo entonces podremos potenciarnos a nosotros mismos para (a) permitir que prosiga la ilusión, o (b) poner fin a la ilusión.
Mientras pensemos que lo que estamos viviendo es real, nos imaginaremos que no tenemos el poder de modificar su efecto sobre nosotros. Nos veremos impotentes en la Vida misma, limitados a recorrer la vivencia y a encontrarnos constantemente en su Efecto.
Negar la realidad última de todo lo que vemos es, por tanto, una herramienta muy poderosa e importante para el Proceso de la Creación Personal.
Del libro:
Dios es felicidad
Convierte tu vida en una experiencia extraordinaria
Neale Donald Walsh
Foto tomada de internet