lunes, 29 de marzo de 2021

NO SABER


Pasamos gran parte de nuestra vida en busca de conocimiento. Parece 
que nunca podríamos saber demasiado; nuestra familia y nuestra cultura apoyan esta forma de ver la vida. Como resultado, la mayoría de personas siente confusión o temor al no saber algo. Parece difícil, no saber qué hacer, qué uno desea o qué sucederá.

Pero ¿qué tal si hay riqueza y posibilidad en la experiencia de no saber?

¿Qué tal, si en nuestra prisa por alcanzar un nivel de sabiduría y certeza, pasamos por alto espacios vacíos de incertidumbre que podrían contener verdades profundas? La vida es compleja y tiene muchas dimensiones.

Los elementos más sutiles y profundos usualmente no encajan con el conocimiento común y corriente. Descubrir estas dimensiones más profundas puede requerir que nuestro pensar y actuar sea más lento para permitir el reconocimiento de más tranquilos y más profundos aspectos de la existencia. ¿En realidad el desconocimiento es un lugar de carencia o existe algo que vale la pena descubrir en los momentos de silencio e incertidumbre?

No hay nada de malo en tener conocimiento. Pero resulta, que tampoco es malo desconocer, incluso nos puede llevar a nuevas profundidades de sabiduría. Desarrollar familiaridad, y sentirse cómodo con no saber, además puede conducir a una más completa y satisfactoria experiencia de la vida tal cual es. Ya que usualmente no conocemos más allá de lo que sabemos, el espacio del desconocimiento es donde gran parte de la vida transcurre.

Ahora mismo, ¿en realidad sabe cómo late su corazón de modo tan regular? ¿Sabe cómo funciona la electricidad? ¿Hacia dónde se dirige su vida? ¿Qué hará para lograr el crecimiento personal? ¿Qué es en realidad el amor? ¿Sabe en quién confiar y por qué esta aquí? Aun sin saberlo, su corazón late, la electricidad funciona, su vida parece tener dirigirse en una dirección, de algún modo parece crecer, el amor y la confianza existen y usted está aquí. Todas estas experiencias no son parte de, ni dependen de su sabiduría, sin embargo suceden y suman en gran medida a la riqueza de su vida.

De todos modos, luchamos contra no saber. Nos empujamos a aprender más. Nos esforzamos y esmeramos en saber lo más que nos sea posible. Todo este esfuerzo y empeño es una fuente de sufrimiento.

Pero ¿y qué si el desconocimiento, por sí solo, fuese una sensación perfectamente aceptable? Solamente cuando luchamos contra la experiencia de no saber y deseamos saber cuando no podemos, es que se torna doloroso el no saber.

Darnos permiso de no saber, puede brindarnos un alivio profundo de la lucha. También da mayor apertura a nuestra consciencia, ya que ponemos más atención cuando no sabemos algo. El espacio en blanco del desconocimiento da paso a una curiosidad natural y al hambre por hallar la verdad. Esta curiosidad es una experiencia rica, viva y cambiante, de todo aquello que podemos conocer y todo aquello que está más allá de nuestro modo habitual de saber.



Extracto del libro:
Eso es eso
aka Nirmala
Fotografía tomada de internet