lunes, 31 de mayo de 2021

NO HAY DESARMONÍA EN LA NATURALEZA


En la naturaleza existe una unidad fundamental, una armonía. Las obstrucciones, los aparentes obstáculos que se ven en la naturaleza, son desafíos para despertar la energía: cumplen la función de toques de clarinete que despiertan aquello que se halla latente en el interior. No existe desarmonía en la naturaleza.

Cuando sembramos una semilla, parece ser que la capa de tierra que se halla sobre la semilla la está presionando, le está impidiendo crecer. Es así como parece ser; pero en realidad, esa capa de tierra no constituye una obstrucción. Sin esa capa, la semilla no puede germinar: la tierra presiona a la semilla a fin de ablandarla, desintegrarla y transformarla en un árbol joven. Aparentemente, la tierra está sofocando a la semilla, pero la tierra sólo está realizando la labor de un amigo.

Si una semilla no se transforma en una planta pensamos que la tierra puede no ser la apropiada o que la semilla no ha tenido suficiente agua o suficiente luz solar. No culpamos a la semilla. Sin embargo, si no se producen flores en la vida del hombre, afirmamos que el hombre es el responsable de ello. Nadie piensa en abonos de mala calidad, en una falta o de agua o de luz solar, y hace algo en consecuencia. En este caso, todo se limita a acusar al hombre de ‘maligno’. Y el hecho es que la planta del hombre se ha quedado subdesarrollada, ha sido reprimida por una actitud hostil, no ha logrado alcanzar el estado de florecimiento.



FUENTE: OSHO: Del libro ‘Del Sexo a la Superconsciencia’, Capítulo 1, tomado de la dirección internet www.oshogulaab.com/OSHO/TEXTOS/delsexo1.htm, Bogotá, nov-03