Por eso se dice aquel aforismo tan hermoso: "El amor perfecto ahuyenta el miedo." No hay miedo alguno en el amor perfecto. ¿Sabes por qué? Porque no hay deseo alguno.
Ahora, pregúntale a tu cultura - yo le he preguntado a la mía - si tiene algún sentido esta afirmación: "Donde hay amor, no hay deseo alguno." (Entiendo "deseo" en el sentido de "apego", ¿de acuerdo?)
¿Sabes lo que te vienen diciendo?: "Pero si el apego es amor. " ¡Cuánta necedad! Así esperas encontrar vida y sólo encuentras muerte y desdicha. Te dicen:
-¿Cómo se podría amar si no se siente apego?
Más adelante me referiré explícitamente al amor. Es una cosa tan sencilla, tan sublime, tan extraordinaria, y sin embargo pocas veces me encontré con alguien que supiera qué es el amor. Créeme, lo digo en serio. A lo largo de mi vida me encontré con toda clase de personas que profesaban todo tipo de creencias, religiosas o no, católicas o no; me encontré con laicos, sacerdotes, monjas y obispos, pero pocas veces con alguien que supiera qué es el amor.
Quienes no lo saben tienen instrucciones equivocadas para desenvolverse en la vida.
Le pregunto a uno de ellos:
-¿Cómo podría el amor ser apego?
Y los demás discuten con él al respecto y, finalmente, por supuesto, luego de cinco minutos, me dicen:
- Usted tiene razón. ¿Quiere decir que él ha vivido cincuenta y cinco años, ha escrito libros de teología y no lo ha comprendido.. ?
Él responde:
- No.
Y yo agrego:
- Bien, le daré algún consuelo: he vivido tanto como usted y tampoco lo había comprendido. ¿Le sirve esto de consuelo?
“Apego” significa:
- Tengo que atraparte; si no te atrapo no seré feliz... No puedo ser feliz sin ti.
Allí tienes la fórmula para el divorcio, para las peleas, para la ruptura de las amistades:
- No puedo ser feliz sin ti. Te necesito para mi felicidad. ¡Maldición! Haré todo para manipularte, para atraparte.
"Amor" significa:
- Soy perfectamente feliz sin ti, mi amor; está todo bien. Y anhelo tu bien y te dejo libre. Y cuando te atrapo, estoy encantado; y cuando no, no estoy triste.
¿Qué te parece? Y no sólo eso:
- He aprendido a ser autosuficiente. Estoy sobre mis propios pies, sin inclinarme sobre ti. Y, ¿sabes?, si gano dinero, ¡es maravilloso! Y si no gano dinero, no estoy deprimido, soy feliz. ¿Sabes algo más? Cuando te marchas, yo no te extraño, no siento dolor.
Donde hay sufrimiento, no hay amor. Te pregunto:
- Cuando sufres, ¿por quién sufres?; ¿a quién has perdido? ¿Sientes compasión por ti mismo?
-¡ Oh , no lo diga! usted está diciendo la verdad. ¡No!
Extracto del libro:
Redescubrir la vida
Anthony de Mello
Fotografías tomadas de Internet