domingo, 18 de julio de 2021

EN BUSCA DE OTRO DÍA



Y la noche nos pertenece, y el amanecer también, y nunca más olvidaremos esta gracia que se nos ha dado, nunca más abandonaremos este día en busca de otro.

El amor no es algo que encuentres, es como una energía, fluyendo, a veces suave, apenas perceptible, pulsante, a veces surgiendo, volcánica, derramándose por todas partes, llenando las grietas de la acera, las paredes que levantamos para separarnos, burbujeando como un arroyo, que se abre camino en cada espacio, imparable, imparable, que busca su fuente, busca su hogar, fluye a través de árboles, lagos, personas, fluye hacia los cielos abiertos, pasa las galaxias, hacia atrás y hacia adelante en el tiempo.
Nace un bebé, un hombre da su último aliento en algún hospital en algún lugar, quién sabe dónde, un ejército se levanta, es derrotado, se levanta, un esclavo rompe sus cadenas, grandes bestias caminan por la tierra, sin saber qué tan cerca han llegado a los incendios.

Las estrellas nacen y explotan, tu primer cumpleaños, tu graduación, la muerte de tu madre, tu padre, llorando en pañuelos, desafíos que sentías que nunca superarías, y los superaste, y en algún lugar en medio de la noche, a través de algún vasto océano, en algún lugar de los oscuros recovecos de tu corazón, o quizás cerca de los límites del universo conocido, no sé, recuerda, se da la vuelta, recuerda la fuente, sí, recuerda la fuente ahora, y se vuelve retrocede, no busca sino cae, no empuja sino que se deja arrastrar, y vuelve a caer, a través de la luz y la oscuridad, a través de las aguas residuales de un millón de mundos perdidos, a través del misterio, a través de capas de dicha y dolor, dentro de ti, en tu corazón antiguo, en su hogar. Ha viajado hasta los confines de los mundos, más allá del tiempo y del espacio, a través de horrores y éxtasis indescriptibles, y te ha vuelto a encontrar, donde te dejó, donde empezó la búsqueda.

Toma un respiro ahora, siente el corazón latir, siente que tu vientre sube y baja, y esto no es solo un movimiento ordinario, algún momento en una serie de momentos, esto es la eternidad moviéndose, respirando, infinita por naturaleza, finita en forma pero infinita de corazón, y siempre fuiste tú, siempre fuiste tú, buscado y encontrado, perdido y descubierto.

Es solo un día cualquiera en tu vida, niños que alimentar, facturas que pagar, sentimientos que sentir, pero ahora lo sabes, ahora no puedes olvidar, a pesar del sueño, a pesar del viaje, el amanecer te pertenece y la noche también , y cada llamada de cada criatura, y cada par de ojos, todo tú mismo mirando, preguntándote, pensando en tu hogar, y nunca más olvidarás esta gracia que te ha sido dada, nunca más abandones este día en busca de otro, nunca más busques el amor fuera de tu propio corazón palpitante, nunca dudes de lo que supiste intuitivamente cuando tu madre te expulsó a este mundo, pateando y gritando, roto y ensangrentado pero brillantemente ti mismo, que no eres un error, no eres un maldito error, eres la naturaleza, tú eres completo y digno, dignos del tipo de amor que viaja eones y años luz y se arrastra a través de las sombras y la mierda para regresar.

De ti nació ella misma, a ti viene corriendo.
¡Hogar, madre, hogar!

- Jeff Foster (de The Way of Rest).