Es muy difícil definir la madurez, pero yo di con esta definición bastante lógica: La madurez es lo que has alcanzado cuando ya no culpas a nadie. No culpas a otros; no te culpas a ti mismo. Ves qué anda mal y comienzas a remediarlo. Éste es un muy buen signo de madurez. Te asombrarás de lo infantiles que son las personas. Son tan infantiles... Limítate a esperar durante medio día y encontrarás a nuestros más grandes hombres abandonándose a actos infantiles, completamente infantiles. ¿Sabes de qué manera se comporta un niño pequeño?
En la India, por ejemplo, cuando se golpea la rodilla contra una mesa llora con fuerza y todos le preguntan:
-¿Quién te golpeó?, ¿la mesa? ¡Mesa mala!, ¡mesa mala!
Luego, el niño se desahoga:
-¡Oooouuu! ¡ Mala. . . , mesa mala!
Y entonces se siente mejor. ¡Qué infantil es eso!, ¿eh?
Pero además hay quienes vienen a verte, a consultarte, y entonces les preguntas:
- Ahora, ¿quién te pegó?
- Mi mujer, mi marido, mi superior...
- Te responden.
-¡Oh, qué perversos, qué terribles!
Y el "pequeño bebé" se siente bien. Y puede ser el presidente de cualquier gran asociación o país, o lo que sea... ¡Dios mío! , ¡qué infantiles pueden volverse las personas! Y no son conscientes de su infantilismo. Tienen que culpar a alguien... Pero no, madurez es comprender que no se puede culpar a nadie; o, dicho con más precisión, es no darse la salida emocional infantil de culpar a otros o a uno mismo, sino más bien ver qué anduvo mal y ponerse a remediarlo, hacer algo al respecto. Entonces, ellos no pueden ser culpados; tú no puedes ser culpado. La programación es lo que los llevó a hacer eso.
Extracto del libro:
Redescubrir la vida
Anthony de Mello
Fotografías tomadas de Internet