-Pasaba por el cementerio cuando me encontré con una lápida en la que estaba escrito: «Este hombre murió a la edad de ciento diez años. Su muerte fue intempestiva». Así que pensé que en este pueblo merecía la pena vivir. Si la gente aquí piensa que ciento diez años es una edad intempestiva, es bueno vivir aquí».
Y verdaderamente vivió durante largo tiempo.
FUENTE: OSHO: ‘La Alquimia Suprema’, Volumen 1, de la dirección internet www.oshogulaab.com