Puesto que es un método que ensancha la percepción y reacondiciona la mente, es básicamente útil para toda persona que no esté conforme con su manera de ser, su personal manera de interpretarse a sí mismo y al mundo.
Como consecuencia, sufre y hace sufrir. No sabe pedir ayuda, ni siquiera sabe que la necesita o en qué pudiera consistir. Si le interesa ayudar a otros, ¿cómo hacerlo sin antes ayudarse a sí mismo?
Quizás con una corta casuística logre dar a entender el sentido de lo que trato de trasmitir.
Por ejemplo: para los desilusionados que creyeron que las cosas eran o podían ser de otra manera, así lo deseaban y resultaron de otra dolorosa.
Por ejemplo: para los que han observado que la vida no tiene sentido alguno ya para ellos y en consecuencia no aspiran a nada que hacer.
Por ejemplo: para los que repiten maneras que conducen al fracaso y al sufrimiento.
Por ejemplo: los que han llegado al límite de su resistencia ante pérdidas continuadas.
Por ejemplo: los agobiados por la falta de libertad en los medios en los que se desenvuelven tales como la familia, el trabajo, deudas, enfermedades, cárcel, política, religión…
Por ejemplo: para los que cargan con una conciencia moral culpable por hechos graves.
Por ejemplo: cobardes, traidores, engañados, de destruir los asuntos, que se desprecian a sí mismos o son despreciados o perseguidos.
Por ejemplo: los que no han sido pagados como se merecían; una y otra vez explotados.
Por ejemplo: los que han participado en acciones violentas obligados por circunstancias políticas, profesionales, delictivas…
Por ejemplo: los pasivos que no han participado, hecho, emprendido, creado,…nada y se sienten inútiles, como los que lo hicieron y han sido retirados.
Por ejemplo: los que por causas diversas desean desaparecer, morir o suicidarse.
Hay una pequeña proporción de personas que perciben intuitivamente y sin formación especial, que la vida no puede ser lo que se ve. Que tiene que ser otra cosa. También perciben una llamada natural o bien, que todo es impermanente, todo pasa y se deshace como si jamás hubiera existido. Así por millones de años, cambiando.
Algunos piensan o saben que sufren sin real motivo, sólo porque se han acostumbrado a interpretar las cosas en una sola dirección que es la acostumbrada.
Bibliografía:
La luciérnaga ciega: Soko Daido Ubalde
Fotografía tomada de internet