Cierta vez, el sabio Nan-in recibió a un vanidoso profesor universitario que lo visitaba para conocer sus enseñanzas.
Nan-in le sirvió té. Llenó la taza de su visitante y cuando la misma rebalsó, siguió vertiendo la infusión.
El profesor se quedó mirando cómo el líquido se derramaba y pensando que el sabio era un tonto. Finalmente no pudo contenerse:
—Está colmada —exclamó—. ¡Ya no cabe más!
—Como esta taza —dijo Nan-in—, usted está lleno de sus propias opiniones y prejuicios. ¿Cómo puedo mostrarle la verdadera sabiduría a menos que vacíe su taza antes?
Extracto del libro:
Recopilaciones "Cuentos y Fábulas del Buda"
Sri Deva Fénix
Fotografía de internet