Representa un vínculo de autenticidad con nosotros mismos y de lealtad con lo que vivimos. Invita a pertenecer a nuestro ser, como en un sano patriotismo de nuestra persona. Así, debo recordarme que:
• Respeto que soy quien soy. No soy otro, soy yo.
• Respeto mi imperfección y me amo con ella, del mismo modo que puedo amar mi imperfección y la tuya. Abrazo lo imperfecto.
• Respeto mis deseos y necesidades. Los gestiono activamente para que se cumplan. No espero a menos que sea imprescindible, actúo.
• Tengo el derecho a vivir plenamente y a ser feliz. Vivo este derecho.
• No soy ni mejor ni peor que nadie. El respeto nos conecta a la humildad.
• Soy compasivo con mis fallos. Tengo una mirada compasiva hacia mi actuar.
• Aunque a veces me cueste, soy mi amigo, no mi enemigo.
• Me esfuerzo para vivir mejor, no para dejar de vivir.
• No vine al mundo a sufrir, sino a sentir la alegría de ser.
• Me reafirmo en mi valía personal.
• Cuido mi cuerpo como un templo, ya sea con una dieta adecuada, masajes, bicicleta, footing... El cuidado al cuerpo, es un buen indicador de autoestima.
• Doy espacio a mis pensamientos, mis deseos y mis necesidades. Son legítimos y me pertenecen. Les doy espacio, aunque no me gusten o me asusten. Aunque no me agraden o me espanten no me restan dignidad como persona.
• La alegría y la satisfacción son derechos innatos, naturales para mí y para todos.
• Me acepto. Con mis partes luminosas y con mis defectos. Me acepto, estoy de mi lado.
• Estoy sintiendo lo que estoy sintiendo y acepto la realidad de mi experiencia.
• Me niego a pelearme, a estar en guerra, conmigo mismo. Dejo de luchar contra lo que siento o vivo.
• Puedo ser agente activo de mi cambio. Estoy dispuesto a experimentar mis pensamientos, sentimientos, emociones, acciones y sueños como parte de mi ser. Permito que se expresen, y no los reprimo.
• Mis errores son mi aprendizaje.
• A veces no debo hacerme tanto caso. La mente se vuelve en ocasiones un infierno o un purgatorio.
• Respeto mi ignorancia. La vida es mayor que yo, aunque tengo derecho a conquistarla.
Jordi Gil Martín
Extracto del libro:
365 semillas de conciencia para una vida plena
Fotografías tomadas de Internet