Cuando Banzan paseaba por un mercado, acertó a oír una conversación entre un carnicero y su cliente.
–Dame el mejor pedazo de carne que tengas –dijo cliente.
–Todo lo que hay en mi tienda es lo mejor –replicó el carnicero–. Aquí no puedes encontrar ningún pedazo de carne que no sea el mejor.
Al oír estas palabras, Banzan quedó iluminado.
Extracto del libro:
Zen flesh. Zen bones
Paul reps y Nyogen senzaki
Fotografía de Internet