Todas las cosas fluyen libremente, exentas de ataduras, sin sujeción o confusión alguna.
Tú eres quien crea su propia dificultad o facilidad. La esencia de la mente impregna las diez direcciones con una única continuidad; aquellos que son poseedores de las más excelentes facultades lo comprenden de modo natural.
Tzu-hu (800-880)
Del libro:
Las Enseñanzas del Zen