El amor es algo que hay que atesorar, degustar muy despacio, para que fluya profundamente a tu ser y se convierta en una experiencia que te posea de tal manera que dejes de existir. No es que estés haciendo el amor:.. eres el amor.
El amor puede convertirse en una energía superior a tu alrededor. Puede trascender a los dos, de modo que ambos estén perdidos en él. Pero para eso tendrás que esperar. Deja que la energía se acumule y acontezca por su propia cuenta. Poco a poco, cobrarás conciencia cuando llegue el momento. Empezaras a ver los síntomas y entonces no habrá dificultad.
Si no surge el momento de hacer el amor naturalmente, entonces espera; no hay prisa. La mente occidental tiene demasiada prisa... incluso mientras está haciendo el amor. Es algo que hay que hacer y terminar. Esa es una actitud completamente equivocada.
No puedes manipular el amor. Sucede cuando sucede. Si no acontece, no hay nada de qué preocuparse. No lo conviertas en un viaje del ego. Eso también está en la mente occidental; el hombre piensa que, de algún modo, debe conseguirlo. Si no, no es lo bastante hombre. Eso es una estupidez y una necedad.
El amor es algo trascendental. No puedes dirigirlo. Nadie ha podido dirigirlo jamás, y quienes lo han intentado se han perdido toda su belleza. Entonces, como mucho, se convierte en una liberación sexual, pero todos los reinos sutiles y más profundos permanecen intactos.
Del libro:
DÍA A DÍA
OSHO
Día 97