Nadie quiere sufrir, pero dentro de nosotros llevamos las semillas del sufrimiento. Todo el objetivo de trabajar sobre nosotros mismos es quemar esas semillas. El acto de quemarlas te puede causar un poco de sufrimiento, pero no es nada comparado con toda tu vida de desdicha.
Una vez destruidas esas semillas, tu vida entera se transformará en una vida de deleite. De modo que si simplemente quieres evitar sufrir y enfrentarte al sufrimiento que hay en tu interior, estas creando una situación en la que a lo largo de toda tu vida estarás lleno de sufrimiento. En cuanto las heridas que llevas salgan a la superficie, comenzarán a sanar. Es un proceso de sanación. Pero sé que cuando tienes una herida, no quieres que nadie la toque. De hecho, no quieres saber que la tienes. Deseas ocultarla, pero al hacerlo, no sanará. Ha de estar abierta al sol, al viento.
Al principio puede ser doloroso, pero cuando sane lo entenderás Y no existe otro modo de curarla. Hay que darle conciencia. Llevarla a la conciencia es el mismo proceso de sanación.
Del libro:
Día a Día
OSHO
Día 128