La fe es una confianza muerta. De hecho, no confías pero sigues creyendo, eso es la fe. Pero la confianza es algo vivo. Es como el amor.
Todas las fes han perdido lo que llamas oración, lo que llamas meditación. Han olvidado todo el lenguaje del éxtasis. Todas se han vuelto intelectuales: credos, dogmas, sistemas. Hay muchas palabras, pero falta el significado, la importancia está perdida. Y eso es natural. No me quejo de eso. Así ha de ser.
Cuando un Jesús está vivo, la religión camina sobre la Tierra, y aquellos pocos lo bastante afortunados como para reconocerlo viven el impacto de una religión viva. Si eres lo bastante afortunado como para reconocerlo y caminar unos pasos con Jesús, quedaras transformado. No es que te conviertas en cristiano -eso es superficial-, pero algo de Cristo entra en ti. Algo sucede entre tú y Cristo. Te vuelves orador. Tienes ojos distintos con los que ver, un corazón distinto que palpita. Todo sigue igual, pero tu cambias.
Los árboles son verdes, pero ahora de un modo diferente. El paisaje ha cobrado vida. Casi puedes tocar la vida que te rodea. Pero cuando Jesús desaparece, lo que sea que haya dicho queda formulado, sistematizado. Entonces la gente se vuelve cristiana intelectualmente, pero el Dios vivo va no está allí.
La fe es una confianza muerta. De hecho, no confías pero sigues creyendo, eso es la fe. Pero la confianza es algo vivo. Es como el amor.
Del libro
DÍA DÍA
Osho
Día 124