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Para lograr la libertad interior es necesario conocer con toda objetividad nuestros límites.
Algunos de ellos son:
Nunca lo sabremos todo.
Nunca nos conoceremos por completo.
Nuestro cuerpo envejecerá.
Nada es nuestro, todo nos es prestado.
Siempre habrá alguien más fuerte, más inteligente, más bell@ que nosotros.
Siempre necesitaremos la ayuda de los otros.
Nunca nos aceptará todo el mundo.
Siempre habrá alguien que nos rechazará.
Seremos olvidados.
Pronto o tarde nuestros rasgos personales se esfumarán.
No sabemos nada.
Todo lo que “sabemos” son creencias.