miércoles, 12 de junio de 2013

EXCUSAR EL POCO AMOR RECIBIDO


Excusar o justificar el poco o nulo amor recibido

Es duro aceptar que no nos quieren con todas las ganas. Y no me refiero solamente al placer que produce el sentirse amada, sino a la autoestima implicada. Cuando la persona que amamos nos quiere a medias, con limitaciones y dudas, la sensación que queda es más de agradecimiento que de alegría, como si estuvieran haciéndonos un favor.

Una buena relación no permite reparos afectivos. Cuando el sentimiento vale la pena, es tangible, incuestionable y casi axiomático. No pasa desapercibido, no requiere de terapias especializadas ni de reflexiones profundas. Se destaca y se nota. Como decía Teilhard de Chardin: “¿En qué momento llegan los amantes a poseerse a sí mismos plenamente, si no es cuando están perdidos el uno en el otro?”.

Si hay dudas, el afecto está enfermo. Sanarlo implica correr el riesgo de que se acabe; dejarlo como está es hacer que el virus se propague. La persona apegada siempre prefiere la segunda opción.

Del libro:
AMAR O DEPENDER
Walter Riso