Alejandro Jodorowsky: Si la realidad no corresponde a nuestras ilusiones, las que están mal son nuestras ilusiones y no la realidad. Cuando veas que no logras lo que esperas, analiza lo que antes has obtenido y venéralo. Esta fábula puede ser útil:
Un hombre que no sabía nada del campo, se hizo construir una casa en las afueras de la ciudad, junto a la carretera. Los fines de semana se encerraba ahí a descansar. Cierta vez un camión de carga dejó caer, por accidente, un saco de semillas. Nuestro ciudadano encontró los granos y sin saber que eran de manzanas, al verlos tersos, suaves, se imaginó que iba a nacer de ellos un árbol de ramas lisas, sin frutos, con hojas aterciopeladas. Lleno de entusiasmo enterró las semillas y cuando el árbol creció, gozó con la belleza de sus ramas tan suaves como brazos de mujer amada. La alegría le duró poco: creía que el árbol había llegado a la perfección, pero notó con disgusto que comenzaban a crecer unas protuberancias en el follaje. Exclamó: “¡Se ha infectado! ¡Se está llenando de tumores!”
Pronto los bultos enrojecieron, comenzando a transformarse en manzanas. El hombre, enceguecido, siguió creyendo que eran excrecencias malignas y comenzó a vendarlas. En cada sitio que crecía un fruto, amarró con fuerza trozos de lino para impedir que la enfermedad se desarrollara. El árbol luchó con angustia tratando de crecer, pero estaba de tal manera comprimido que no pudo lograrlo. Como la savia no circulaba, ni las manzanas crecían, ni las hojas presentaban sus vientres al sol, el árbol fue languideciendo hasta secarse. Lleno de tristeza, el ciudadano abrió con mucha pena sus brazos junto al tronco ennegrecido y exclamó: “¡Pobre vegetal, hice lo que pude para salvarte de tu mal, pero el destino no quiso ayudarte! Justo cuando habías llegado a ser una planta de ramas lisas, sin frutos, con hojas aterciopeladas, intervino la peste y todo se malogró. ¡Descansa en paz!” Cavó una gran fosa y sepultó los restos del manzano. Tomó otro puñado de semillas, las enterró y se puso a esperar que creciera un árbol liso y sin tumores. Para lo cual cubrió el sitio con una protectora campana de vidrio.